El presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, presenta hoy el legado de Vicente Blasco Ibáñez cedido por la fundación impulsada por la nieta del escritor, Gloria Llorca, quien acudirá también al acto. Podría ser un acontecimiento protocolario sin más, si no se cruzaran por el camino los antecedentes del conflicto entre los herederos del famoso novelista y el Ayuntamiento de Valencia, que cuenta desde hace años con una parte del material dejado por el autor, depositado en la Casa-Museo que lleva su nombre en la Malva-rosa.

No obstante, la Fundación Centro de Estudios Blasco Ibáñez mantenía todavía fondos del escritor que estaban en posesión de Gloria Llorca. En alguna ocasión, durante el cruce de declaraciones con el consistorio, los responsables de la entidad llegaron a amenazar con la posibilidad de que el legado acabe fuera de Valencia, puesto que hay entidades de Madrid interesadas en él.

En este sentido, la entrada en el terreno de juego de la corporación provincial evita una hipotética fuga de estos fondos históricos. Lo que está por ver es la reacción del equipo de gobierno de Rita Barberá ante la inesperada aparición de la diputación.

La presentación y firma de la cesión del legado tendrá lugar esta mañana en el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (Muvim), circunstancia que no parece casual. El nuevo director de esta institución, Javier Varela, anunció en su primera comparecencia ante la prensa que quería dar un giro "valencianista" al museo -aquello de "aportar nuevas glorias a España"-, al tiempo que dotar de colección propia al mismo. Unidos estos datos con el hecho de que Varela ha realizado alguna investigación como profesor universitario sobre Blasco Ibáñez, todo apunta a que ha jugado un papel importante en la decisión de la corporación provincial.

La fundación se considera propietaria de los fondos depositados en la casa-museo -algo que el ayuntamiento no acepta- y reclama mayores inversiones, más control y una apuesta definitiva para convertirla en un auténtico centro de estudios internacional. La entidad avalada por los herederos tenía un convenio con el ayuntamiento que venció en 2009 sin un acuerdo posterior.