La feria taurina de Algemesí continuó ayer con la celebración del quinto festejo del abono, en el que con tres cuartos de aforo cubiertos en tarde esplendida se lidiaron novillos de Javier Molina, muy bien presentados y de juego desigual. Destacaron por su comportamiento los ejemplares lidiados en tercero y quinto lugar. El novillero granadino Alejandro Enríquez cortó una oreja del primero, aunque no pasó de la discreción, en tanto que el madrileño Christian Escribano fue silenciado tras pasaportar a los de su lote, aunque brilló con su labor ante el que cerró plaza, que no fue capaz de coronar con los aceros. Y el rejoneador Javier Cano se llevó los máximos trofeos del tercero tras una vibrante y entregada actuación.

Para esta tarde se anuncia el sexto festejo del ciclo, en el que se van a lidiar novillos de Pedro Gutierrez Moya Niño de la Capea para un terceto compuesto por el novillero frances Thomas Duffau, el espada manchego Emilio Huertas y el rejoneador portugués Rui Fernandes.

Por otra parte, una vez termine esta novillada, tendrá lugar la inauguración, en el Museo de la Festa de Algemesí, sito en el Convent de Sant Vicent de esta ciudad, de la exposición Enrique Ponce: Arte y Dominio. Esta iniciativa se enmarca dentro de la colaboración entre el Museo Taurino de la Diputación de Valencia y el Museu Valencià de la Festa de Algemesí.

La exposición se organiza en diferentes apartados que presentan la trayectoria del torero de Chiva desde sus inicios hasta su vigésima campaña como matador. La muestra está producida por el Museo Taurino de la diputación, en colaboración con Fundación Cajamurcia. A la misma, con respecto a la que tuvo lugar entre los meses de marzo y mayo en Valencia, se han añadido aspectos de la trayectoria de Ponce en la plaza de Algemesí, donde hizo el paseíllo los años 1988 y 1989, y regresó en 1995, una tarde en la que cortó seis orejas y un rabo a una corrida de José Luis Marca que mató en solitario.