Más problemas para el director del IVAM, José Miguel G. Cortés. El gerente que entró a su lado en el museo el 24 de septiembre de 2014 con la misión de ordenar la gestión y poner luz en las cuentas abandona. Joan Llinares, economista de larga trayectoria en el entramado cultural, comunicó ayer a la Conselleria de Educación y Cultura que deja su puesto en el centro de artes de manera inmediata.

Llinares, que se reunió con el jefe de gabinete del conseller Vicent Marzà, alegó razones personales y «una oferta imposible de rechazar»: la de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para que sea el responsable de los servicios jurídicos, auditoría y transparencia del ayuntamiento de la capital catalana.

El hasta ahora administrador del IVAM argumentó en la conselleria que las tareas principales que le fueron encomendadas ya están encaminadas y el museo funciona «con normalidad», de modo que considera que es momento adecuado para cambiar de aires.

La dimisión de Llinares se produce dos semanas después de la de la subdirectora de Colección y Exposiciones, Raquel Gutiérrez, que el pasado 1 de julio presentó a Cortés su carta de renuncia.

Llega también después de la polémica por el informe de Intervención de la Generalitat sobre los últimos cinco años de gestión de Consuelo Ciscar en el museo, que sacó a relucir posibles sobrecostes en las compras de arte y otras irregularidades. El documento ha dado pie a la Fiscalía Anticorrupción a abrir diligencias de investigación contra la exdirectora.

Las dos dimisiones „la de Gutiérrez se hará efectiva el 1 de septiembre„ dejan a Cortés, que estos días se encuentra en París, en una situación de soledad en la cúpula del emblemático museo valenciano de arte contemporáneo.

De los cuatro nombramientos de cargos de confianza que realizó el día después de asumir la dirección, dos „los de las subdirecciones de Comunicación y de Actividades„ fueron tumbados por la Generalitat al no ser empleados públicos los dos elegidos. Los otros dos „Gutiérrez y Llinares„ han acabado renunciando nueve meses después.

El administrador ha tenido que lidiar con la función más ingrata en el museo, la de rebuscar en los cajones, levantar las alfombras y comprobar el estado de las cuentas tras los diez años de Ciscar.

Llinares es un viejo conocido de la sociedad catalana. Tras una primera etapa como administrador del IVAM (de 1989 al año 2000), pasó en 2001 a ser gerente del Museu Nacional d´Art de Catalunya (MNAC). Estuvo en el cargo hasta 2009, cuando fue reclamado por el tripartito catalán para controlar las cuentas del Palau de la Música de Barcelona justo tras el escándalo de corrupción del caso Millet. Quince meses después, cumplida la misión, lo dejó y volvió a Alzira para ponerse al frente de la Fundación Bromera. Hasta que llegaron Cortés y el IVAM.