El maestro del lenguaje fue en enero de 1997 la estrella invitada del congreso Los desafíos del Tercer Milenio, que organizó el Ayuntamiento de Valencia y que se celebró en el Palau de la Música. Eco fue el principal reclamo que el ayuntamiento incluyó en las sesiones del primero de los congresos internacionales sobre aquel futuro inmediato. El escritor italiano había elaborado una ponencia especial para la apertura del congreso de Valencia, y su figura fue la que acaparó las sesiones del encuentro, como se reflejó en la prensa valenciana, española e internacional del momento.

Su intervención se centró en el anuncio de la llegada de un «gran mestizaje cultural» que no podrá ser evitado ni por el racismo ni por las leyes contra la inmigración. «Europa será como Nueva York o como una capital de América Latina y ningún racista podrá impedirlo, ni las leyes restrictivas a la emigración» vaticinó, a lo que añadió que «no se puede encerrar a los recién llegados en guetos».

Pero su fino humor, su socarronería y su dominio del lenguaje produjeron una de las frases del congreso: «Como los chinos acaban de descubrir el papel higiénico, si su uso se generaliza todos los bosques del mundo no satisfarán sus necesidades».

Sim embargo, el también autor de El Cementerio de Praga, no quedó del todo satisfecho con el resultado de aquel encuentro. Pocos meses después de su participación, en junio de 1997, recurrió de nuevo a sus habilidades para denostar el tipo de evento en el que participó en Valencia.

«Estoy expuesto a millares de imbéciles que organizan congresos sobre el Tercer Milenio. Ya no puedo más, estoy harto. He escrito unas palabras en mi ordenador para decir que ya no voy a acudir nunca más a ningún congreso sobre este tema», se despachó.