La vida de Damián es medio real, medio imaginada. En un intento de huir de un agente tras robar un objeto se cuela casi por casualidad en un armario de grandes dimensiones. Antes de que pueda salir, el mueble es vendido y trasladado a la habitación de un matrimonio. Y de repente encuentra su lugar en el mundo.

Damián es el protagonista de Desde la sombra, la última novela de Juan José Millás (Valencia, 1946) y que el autor presentó ayer en Fnac Valencia. La imaginación de Damián respecto a su vida es un poco como la de todos. «En la verdad de cada uno hay un elevado porcentaje de delirio porque el delirio está incrustado en la vida cotidiana», asegura el también colaborador de Levante-EMV. Al respecto, señaló que «somos el resultado de nuestro sueños».

Para Millás, aunque esta novela podría tener «una lectura de misterio», la obra es «muy política», señaló. «Las interpretaciones que se han hecho de ella indican que trata el modo del ser humano para relacionarse con el mundo, que para ser alguien te tienes que convertir en nadie, sucumbir a un modo de vida muy televisivo».

Sobre el carácter «indignado» de Desde la sombra, el autor valenciano lamentó que «la palabra indignado signifique ya tan poco». A lo que añadió que «no hay nada peor que una novela de tesis, aunque no hay buena novela que no lleve una tesis».

Ante el peligro del «gusto por las sombras» Millás apuntó que «cada vez hay más personas que viven solas y el problema es que hay gente que no encaja en la vida y esta les escupe a los márgenes; se exige una aceptación de las normas del 100 % y el que no lo haga se queda descolgado», lamentó.

En su opinión «hay que encontrar un término medio, pero todos necesitamos un espacio de soledad absoluto; uno tiene que luchar por rescatar su espacio propio».

La rareza de una novela normal

Sobre el proceso creativo de una novela apuntó que «es preciso que haya un desajuste con la realidad; no puede haber nada más raro que una novela normal», a lo que añadió que el autor debe tener «un punto de anormalidad».