El Palau de la Música, con su nueva dirección, quiere abrirse a nuevos sonidos y, sobre todo, a nuevos públicos. Quiere hacerlo a través de experiencias como la que tendrá lugar mañana en la Sala Iturbi del auditorio valenciano. El músico Santiago Auserón cierra en Valencia su gira Vagamundo, que ya le ha llevado por otras ciudades españolas: Córdoba, Murcia, Santiago de Compostela, Oviedo, León, Valladolid o Bilbao.

En el tour, el célebre artista se ha embarcado en un concierto sinfónico con el director de orquesta valenciano Ricardo Casero. Para la cita de mañana, Casero dirigirá a la Orquestra de València, que interpretará para Auserón „o Juan Perro„ algunos de los temas más representativos de su carrera, desde los tiempos de Radio Futura hasta hoy. Río negro, Pies en el barro, Duerme zagal, El mirlo de pruno, El forastero, La misteriosa, El carro, No más lágrimas, Obstinado en mi error, Annabel Lee, Fonda de Dolores, Reina zulú, El canto del gallo, La negra flor, La mala fama y El desterrado componen el repertorio del concierto, que ha contado con los arreglos de la también valenciana Amparo Edo. Un recital que „Auserón prometió„ «será muy divertido».

El músico presentó ayer este recital en el Palau de la Música de Valencia junto a Casero, Edo, el director del auditorio, Vicent Ros, y su presidenta y concejala de Cultura, Glòria Tello.

El origen de la gira se remonta a 2014 con un primer concierto en Valladolid. «Al principio se planteó como algo puntual, pero después nos fueron llamando», explicó Auserón. Mañana, cierra el ciclo en Valencia, aunque con las miras puestas en prolongar el recorrido. El objetivo „adelantaron Auserón y Casero„ es grabarla en disco la próxima primavera, completar la gira en 2017 y llevarla en otoño de 2018 a América. En cada concierto, aseguró el artista, han colgado el cartel de «no hay entradas», al tiempo que destacó la sorpresa que provoca en el público oír sus grandes temas en versión sinfónica. «El éxito lo ha tenido la calidad del proyecto», dijo Casero, quien explicó que para él «los primeros 10 minutos de un concierto son fundamentales».

«Un máster alucinante»

Esta sorpresa también la comparte el propio Auserón. Aseguró que nunca se habría planteado subirse a un escenario acompañado de una orquesta sinfónica hasta que se le planteó la posibilidad, a la que ha respondido «con amor y con pasión musical» y que ha supuesto para él «un máster alucinante, gratuito» en «fusión musical» impartido por músicos «mucho más preparados» que él, afirmó.

Además, el artista quiso aprovechar la ocasión para lanzar una crítica al negocio: «Los músicos populares, [entre los cuales se incluye] se han visto obligados a depender de unos medios generalistas en los cuales si no participas en montar el talent show estás sometido al terrible anatema de que la música baja las audiencias». Ante este panorama, resaltó, sin embargo, que «de pronto el sector de la música clásica se pone a moverse» y un elevado porcentaje de estos músicos formados en España «se codean y compiten con los músicos más relevantes del extranjero». Por ello, la voz de Radio Futura destacó la valía de las orquestas sinfónicas españolas que «piden guerra» y están dispuestas a acercarse a las músicas populares, siempre bajo las premisas de «rigor en el trabajo y respeto mutuo». «Esto es nuevo y de pronto nos cura de todos los males que estamos padeciendo en el terreno de la música popular, ya que el circuito de la música clásica pide movimiento», apuntó.

El cantante dijo sentirse cómodo en este registro más clásico, aunque matizó que «me está costando adaptar el talante ´perruno´, improvisado, irregular» a la disciplina de la orquesta. Añadió que, se siente «de nuevo como un adolescente que «sigue aprendiendo». Además, añadió que esconder al cantante pop «requiere trabajo» pero está «entrando en una conversación apasionada con el mundo de la música clásica». Este papel de «mediador» entre la música popular y la clásica podría ser «la culminación de la trayectoria» de Juan Perro, el cual desea «empiece a ser entendido» finalmente.

Por su parte, Tello aseguró este es «un concierto con mayúsculas» que une la «excelencia» de la Orquestra de València y de Santiago Auserón, al tiempo que refuerza el objetivo del Palau de «abrir su mente» y «quitarse las telarañas».