Carlos Osoro, exarzobispo de Valencia y actual arzobispo de Madrid, fue nombrado ayer cardenal por el Papa Francisco en una ceremonia celebrada en El Vaticano a la que asistió en ministro de Justicia, Rafael Catalá. Osoro (Castañeda, 1945) es el segundo arzobispo de Valencia que recibe la birreta púrpura, ya que el actual prelado, Antonio Cañizares, fue designado en 2006 por Benedicto XVI, cuando éste era arzobispo de Toledo.

Francisco nombró a otros doce purpurados que conformarán el colegio cardenalicio „órgano encargado de elegir al Sumo Pontífice„, así como otros tres cardenales mayores de 80 años, a título honorario. A partir de hoy, España cuenta con cuatro cardenales electores „junto a Cañizares y a Osoro„, como Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona; y Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid. Actualmente, el colegio se compone por 228 miembros, de los cuales 121 son electores y 107 no electores.

Autor de la reestructuración

Osoro, que también ocupa el cargo de vicepresidente de la Conferencia Episcopal de España, es uno de los más críticos respecto a los casos de pederastia en el seno de la Iglesia, ya que tal y como dijo en su día, «no caben las medias tintas ante ese delito». El recién nombrado cardenal fue quien asumió en 2010 una profunda reestructuración territorial de la archidiócesis valenciana, al aumentar a 8 las vicarías episcopales territoriales, y reducir de 67 a 34 los arciprestazgos. En su reforma, Osoro apartó a todos los vicarios episcopales nombrados por su predecesor, el fallecido Agustín García-Gascó.