El Museo de Bellas Artes de València está trabajando en la pinacoteca 'ideal'. En junio de 2016 la dirección del antes conocido como San Pío V entregó al Ministerio de Cultura la hoja de ruta que marcaría su discurso expositivo. El contenido no acabó de convencer en Madrid, donde no compartían la "valencianidad" que proponía. Este arte 'local', en el plan inicial, se encontraba en las plantas baja y primera del edificio, mientras que la segunda albergaba pintura española y europea, dibujos, grabados e historia del propio museo. Este es precisamente uno de los desencuentros entre ambas instituciones ya que al ministerio no acaba de convencer dejar la pintura española arriba, ajena a la obra valenciana.
Pese al convencimiento de la dirección del museo -encabezada por José Ignacio Casar Pinazo- de mostrar de forma preferente a los maestros valencianos, el Bellas Artes atendió los requerimientos del ministerio y lleva meses trabajando en una serie de correcciones del programa expositivo para que el plan vea la luz lo antes posible. El acuerdo entre museo y ministerio fue el de entregar por plazos los documentos con las modificaciones sugeridas desde Madrid. El primero de ellos, el que aborda el periodo de entresiglos (alrededor de 1850) ya fue enviado a Madrid el pasado 17 de octubre. Le siguió el correspondiente al área de Barroco mediterráneo, clasicismo y naturalismo, que llegó al ministerio tan solo 13 días después del primero. Es en este apartado donde más modificaciones han tenido que hacer para "contentar" al ministerio, de forma que la valencianidad del discurso se diluiría en un barroco más genérico desde el español al europeo.
A la espera de respuesta
Aunque por ahora no han obtenido mayor respuesta desde Madrid, más allá del 'recibí' de ambos documentos, desde el Museo de Bellas Artes, continúan trabajando en cada una de las áreas que requiere una revisión de su futuro plan. El que están trabajando en la actualidad corresponde al siglo XVIII. Según ha podido saber Levante-EMV, los responsables del plan museológico proponen un área dividida en tres secciones: una destinada a la academia, otra exclusiva para Goya, Maella y López y una tercera dedicada al Romanticismo.
Sobre la sección académica, los planes del museo pasan por cuatro módulos que abarcarían desde pintura y escultura, hasta ornamentos y flores, arquitectura y grabados. En lo que se refiere a Goya, Maella y López la sección es compacta, mientras que para el Romanticismo no descartan solicitar obra a otros museos con tal de dar coherencia al discurso.
Entre los requerimientos del ministerio se encuentra que el Bellas Artes exponga obras de "primera categoría" en todas sus áreas. De ahí que haya una "categorización" de las piezas a exhibir. Es decir, habría obras de «primera», "segunda" y otras "susceptibles de caer".
De este modo -y aunque con sugerencias desde el propio museo- será finalmente el museógrafo que gane el concurso para desarrollar el plan quien decida qué obras podrán contemplarse en la colección permanente del Bellas Artes valenciano.
Pero, además, será quien logre el concurso el que decida el lugar que corresponde a cada obra ya que esta fue precisamente una de las piedras en el camino del plan.
Como el ministerio no estuvo de acuerdo con la disposición de obras que la dirección del museo propuso, prefirió que sea el museógrafo el que tome la decisión. Por ello, los redactores del plan trabajan en el museo «ideal», sin saber a priori en qué espacio se ubicará cada pieza.
Tras este tercer documento, que se entregará al ministerio previsiblemente el próximo 30 de noviembre, vendrán cuatro más en los próximos meses y un informe definitivo, a finales de febrero de 2018. De ahí que el compromiso de contar con la aprobación definitiva del plan en diciembre, como ya avanzó este diario, tenga que esperar un poco más.
