«He escrito un contrarrelato a la épica del joven que emigra para vivir aventuras y conocer gente»

El autor aboga por «complicar la vida al lector» y lamenta que en la literatura actual se constriñe el universo de las novelas "a un solo tema"

Carlos Catena Cózar, autor de "Tan tonta"

Carlos Catena Cózar, autor de "Tan tonta" / Jesús Castro Yáñez

A sus 28 años, el escritor Carlos Catena Cózar debuta en la novela con Tan tonta (La Caja Books, 2023), obra con la que ha ganado el premio «València» de Narrativa, de la Institució Alfons el Magnànim. Gracias a la beca de creación literaria de la Residencia de Estudiantes de Madrid (facilitan «techo y manutención», matiza con una sonrisa), este graduado en Traducción e interpretación ha hecho su primera incursión en la prosa, después de publicar dos libros de poemas: Los días hábiles (Premio Hiperión de Poesía, 2019) y Estar con otro (Pre-Textos, 2023).

Tan tonta es una intrigante radiografía sobre frustraciones, expectativas, inseguridades, inconformismo y fantasmas interiores que atormentan a una joven que se instala en Dublín como au pair para cuidar a un niño, educarlo y protegerlo. Con trazos de thriller psicológico, la protagonista descubre los traumas ocultos del niño y de la casa.

Gran carga emotiva en la narradora y protagonista, una cuidada elección de cada palabra... ¿Diría que esta es una novela escrita con la mirada de un poeta?

Tenia algo de miedo de que no fuera la novela que esperaban de un poeta. No es muy lírica, no es muy abstracta... Temía que alguien se llevara una decepción. Sí que es verdad que la protagonista está muy obsesionada con las palabras concretas, que a veces van ligadas a conflictos. Esa obsesión me viene por una doble vía: como deformación profesional lingüística y también, por supuesto, por la poesía, por la conciencia de cómo una simple palabra lo cambia todo.

Cubierta de "Tan tonta"

Cubierta de "Tan tonta" / Levante-EMV

Una joven que busca nuevos horizontes, nueva vida en Dublín. ¿Es esta una novela generacional?

Supongo que sí.

Encontrar las palabras

Pero en ese viaje no deja los fantasmas en casa, la acompañan en la maleta.

Claro. Ella controla lo que habla y vive de espaldas a ese pasado que la persigue, pero ese pasado encuentra los caminos para llegar a ella. Como decía, al no entender el idioma vive concentrada en la misión de encontrar las palabras, pero su problema no es que no tiene palabras en inglés, tampoco las tiene para saber lo que le pasa y lo que está sucediendo en la casa.

No es una emigración liberadora. Hay poca aventura y mucha acción atrapada, intriga, muy de «thriller» psicológico.

Quería plantear un contrarrelato de toda esa épica de emigrar, de viajar al extranjero y dar por hecho que a una joven que se va a Dublín se le abre un mundo enorme. Eso de viajar mucho, tener muchas aventuras y conocer a mucha gente. Y yo digo que te puedes ir a Dublín y tener una vida más pobre y limitada que la que puedas tener en tu casa. La protagonista concibe un Dublín aspiracional, quiere vivir aventuras, pero resulta que no tiene acceso. Y, en cambio, se está flagelando todo el día con sus frustraciones y fantasmas interiores y en una vida monótona y aburrida.

Trata la pederastia sin ninguna descripción, ni concesión efectista ni discurso justiciero.

No quería hacer como una telenovela muy evidente, tampoco un monólogo panfletario. Quiero que cada uno saque sus conclusiones y en ese sentido creo que el lector acaba asumiendo la posición de la protagonista, que no sabe explicar qué ha pasado exactamente y cómo ha podido pasar. Creo que le complico la vida al lector, que tiene cierto miedo a decir en esta novela ha pasado esto o trata sobre este tema o el otro. Me interesaba mucho ese objetivo, porque creo que estamos en un momento en el que la literatura tiende mucho a reducirse, a encerrarse en un tema. Y uno se lee una novela y dice, por ejemplo, esta va sobre la precariedad. Y ya está.

Esta novela fija el problema de la mirada sobre los niños y cómo el afán de protegerlos acaba haciéndoles daño»

¿Es más una novela sobre la violencia o sobre la ternura?

Ambas cosas. Es una novela que viene a problematizar la mirada sobre los niños y cómo el afán de protegerlos acaba haciéndoles daño y se convierte en un caballo de Troya. Por ejemplo, el miedo que hay a la sexualización de los niños rompe su espacio de intimidad, su derecho a ir tanteando...

Usa el título «Tan tonta» como recurso permanente en el texto para fijar el tormento interior de la protagonista.

Me pareció un buen recurso, en especial en escenas claustrofóbicas, igual que usar el humor como punto de fuga.

Atmósfera repetitiva

¿Por qué no ha estructurado el texto por capítulos?

Ayudaba a crear esa sensación de que en la casa todos los días son iguales. En los saltos entre capítulos a veces pasan cinco minutos y a veces, mes y medio. Esa disparidad ayuda a crear la atmósfera de una vida repetitiva y aburrida de una joven como cuidadora de un niño. No poner títulos generaba un solapamiento entre la forma y el contenido que me gustaba.

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