Aplazado in extremis el nuevo intento de desalojo en una finca okupada de Ciutat Vella

El fuerte dispositivo policial ha comenzado muy temprano, pasadas las 6 am, cuando los agentes se han encontrado en el portal a una quincena de jóvenes con los brazos entrelazados

El juez ha admitido el recurso de vulnerabilidad de la okupante y aplaza su desalojo sin fecha concreta

Fuerte presencia policial en el desalojo de un piso okupado en Ciutat Vella

Miguel Ángel Montesinos

Claudio Moreno

Claudio Moreno

“¡La puerta está intacta! ¿Esto es en serio?”. El nuevo intento de desalojo de un piso okupado en el número 2 de la calle Caixers ha sido aplazado in extremis y los jóvenes manifestantes no se lo terminaban de creer. Minutos antes de las 9.30 de la mañana, la comitiva judicial ha notificado que se admitía a trámite el recurso de vulnerabilidad presentado ayer por la residente del piso de esta finca convertida en símbolo de resistencia del movimiento okupa de València, con lo que un mes después del primer intento, suspendido por el mismo motivo, el desalojo de esta vivienda queda pospuesto sine die. 

Nada hacía pensar en este desenlace. La mañana ha empezado muy temprano. Según relatan los manifestantes, pasadas las 4 de la mañana agentes de paisano han identificado a algunos chavales que caminaban hacia la finca, y a partir de las 6 am los antidisturbios han empezado a tomar posiciones en la calle Caixers y aledaños. El enorme despliegue policial estaba integrado por medio centenar de agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y una docena de furgones, que han formado un amplio perímetro de seguridad impidiendo el paso a transeúntes y periodistas. 

A su llegada, los agentes han encontrado en el portal a una quincena de jóvenes con los brazos entrelazados, ‘performando’ ser una vivienda. Los antidisturbios han sacado a rastras a los jóvenes que ejercían resistencia pacífica, algunos atados a muebles y otros enseres, y los han depositado en una esquina de la Plaza del Mercat. A continuación, tras practicar más identificaciones, los agentes han accedido a la finca okupada y han ido subiendo planta por planta, pero sin acceder al piso señalado para el desalojo, donde desde primera hora no había nadie dentro. 

Con el paso limpio para la comitiva y el cerrajero, medio centenar de jóvenes manifestantes se ha apiñado en una esquina de la citada plaza del Mercat (empataban en número con los antidisturbios). Tras el cordón policial han coreado proclamas contra la turistificación del barrio y la expulsión de vecinos, además de reciclar las caretas de Aquí No Hay Quien Viva que ya utilizaron hace un mes. Eran las 9.30 horas, la hora proclamada para el desenlace. En ese momento ya habían asumido el desalojo del piso número 2, pero de repente decenas de agentes han roto el cordón y otros tantos han salido en fila india de la calle Caixers. 

Ya sin agentes, los manifestantes se han ido acercando poco a poco al edificio y han comprobado con perplejidad que la cerradura del piso número 2 estaba intacta. Los jóvenes han celebrado un nuevo aplazamiento, también han gritado desde los balcones la gente que vive en el resto de pisos okupados, y ahora se preguntan cuándo será su próxima cita con los agentes de la UIP.