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¿Entrenará al Levante en Primera?

Eso espero. Así se habló y ésa es la idea. Tengo ganas de disfrutar de lo que nos hemos ganado durante dos años.

El otro día Pau Cendrós lo definía como un técnico muy profesional, correcto, elegante y respetuoso. ¿No es algo que se presupone?

Pues no lo sé. No sé como el resto de entrenadores tratan a su gente. Sé como lo hago yo. Intento ser respetuoso, profesional, correcto y no hay más. Es verdad que en vestuario ocurren cosas que no tiene por qué saber nadie. Dentro del vestuario mi carácter se transforme.

Sabe, en parte por el ascenso, que está de moda. ¿Podría definirse?

Las modas son pasajeras. Los técnicos dependemos de los resultados. Si que es verdad que, cuando llegamos, nadie pensaba que en dos años íbamos a lograr el ascenso. No sé como definirme. Creo que trabajo con normalidad y a todo le doy normalidad.

Arrincone la modestia.

Es que lo único que te puedo decir es que soy muy riguroso conmigo y con la gente que me rodea. No soy nada estridente y tengo días. La gente que me rodea dice que es fácil trabajar conmigo. Me gusta que mis equipos jueguen bien al fútbol y sean ofensivos, pero un entrenador se tiene que adaptar y aprovechar lo que tiene.

Reconoce que las modas son pasajeras. ¿Está preparado para cuando vengan mal dadas?

Déjame disfrutar del momento. Un entrenador debe estar preparado para todo. El año que viene saldremos a competir y estoy seguro de que el equipo dará la talla.

¿El Levante ha sido la revelación de la temporada?

Junto al Cartagena, somos los dos equipos que hemos sorprendido. Al principio de temporada todo el mundo hacía quinielas y apostaba por la Real Sociedad, Betis y Hércules y ahí, sin hacer ruido, nos colamos nosotros.

Este bloque se ensambló hace dos años. ¿El ascenso significa que cuando se le da continuidad y tranquilidad a un proyecto las cosas funcionan?

Así es. Hay gente como Juanlu, Javi Guerra o Juanfran que nos han aportado muchas cosas, pero el germen y la base está en el año pasado. Desde el primer día, ellos sabían lo que yo quería y yo sabía lo que ellos me daban, además los que han ido viniendo se han ido acoplando muy rápido. Nuestra base es sólida y, sobre ella construiremos el nuevo proyecto. Todos los jugadores que tienen contrato continuarán.

Parece que se adapta, pero, cuando aterrizó aquí, imagino que intentaría establecer su modelo.

Al principio me acoplé mucho porque prácticamente no teníamos nada y los jugadores iban llegado en cuentagotas. No pudimos firmar al tipo de jugador que queríamos, sino ver lo que había en el mercado y ver a lo que se accedía. El modelo lo hemos ido trasformando y acoplando a lo que nos gusta. Hay que imponer las ideas pero no ser cuadriculado. Tenemos un centro del campo muy dinámico que abarca mucho campo, delanteros con mucha movilidad... a lo mejor no somos un equipo de largas posesiones, pero sí muy verticales.

Tocan muy bien el balón.

Es cierto. Tenemos fases en los partidos que dominamos, pero también, cuando nos juntamos y salimos a la contra somos peligrosos. Aprovechamos sinergias, cuando hay que dominar y llevar el peso del partido nos sentimos bien, pero también estamos cómodos saliendo juntitos a la contra.

La plantilla es, o muy joven, o muy experimentada. ¿Cómo ha logrado hacer que congenien dentro y fuera del campo jugadores tan diferentes?

Es algo que puede llamar la atención. Ahí puede tener mucho que ver jugadores como Sergio, Juanfran o Samuel que son gente que hace vestuario porque, aunque han jugado en muchos equipos, mantienen la ilusión y la trasmiten. Si un futbolista como Juanfran que ha jugador un Mundial, celebra un gol en Eibar como si fuera lo máximo, el resto sabe que debe dar el callo y los más jóvenes saben que no pueden defraudar. Es una cadena.

Con 37 años, ¿cómo se hace respetar ante jugadores de prácticamente su misma edad?

Empecé a entrenar con treinta años en Segunda B, en el Villajoyosa, y ahí había nueve o diez jugadores mayores que yo. Creo que el respeto y la autoridad no se gana con la edad sino con el día a día y la forma de hacer las cosas y tomar decisiones. La autoridad te la da el cargo, pero el respeto te lo ganas tú.

Cuando los jugadores hablan bien de un entrenador, mal, porque significa que hay compadreo y que lo moldean a su antojo.

Pues yo quiero que hablen bien. No he escuchado a ningún jugador hablar mal de Mourinho, un auténtico líder y autoridad, y no creo que lo moldeen. Los que juegan más están mas contentos que los que juegan menos, pero si les miras a los ojos y les dices la verdad no tienen por qué haber malentendidos. Ellos saben que yo soy el que manda y el que lleva la voz cantante, porque en un vestuario el entrenador es el que debe marcar el camino y establecer las pautas. La plantilla ha sido lista y se ha acoplado.

¿Son tan piña como aparentan?

Sí, y de eso no tengo duda; además ahí tienen mucha culpa los jugadores que no participan porque asumen su papel. Los Gorka, Pina, Serra, Del Moral, Cerra... entrenan al máximo y cuando juegan lo hacen al máximo.

¿Es más fácil controlar el ego de un jugador de Segunda que de Primera?, ¿o es cuestión de personalidades?

Es diferente, pero al final, todos son personas y ahí está el ejemplo de Guardiola; todo el mundo habla del fútbol que hace pero creo que su clave ha sido saber implicar a todo el mundo. Y también Mourinho que sabe como nadie llevarse a las estrellas a su terreno.

Habla de Guardiola y Mouri?nho, dos perfiles diferentes como entrenador. Guardiola abrió un modelo de ex jugador, nacional, joven, comprometido, y Mourinho lidera una tendencia diferente. ¿Con cuál se identifica?

Creo que el que abrió una tendencia fue Rafa Benítez, porque no era un jugador famoso, ni tenía un gran aval, pero pasó del Tenerife al Valencia e hizo al equipo campeón. Él nos abrió las puertas a mucha gente. Yo no he sido como jugador ni el uno por ciento de lo que ha sido Guardiola, pero sí es cierto que Guardiola ha abierto una tendencia de técnico ex grande jugador. No obstante, en el fútbol todo vale y lo que tienes te lo ganas tú.

Haga un cóctel de técnicos.

No te podría decir. Cojo cosas de todo el mundo. No me tengo que parecer a nadie. Me siento tan entrenador como cualquiera de Primera o como cualquiera de tercera.

Dígame la verdad, ¿cuándo se dio cuenta de que este equipo podía ser candidato al ascenso?

Hubo dos momentos. Por una parte, cuando tras una racha muy mala, en diciembre, empezamos a encadenar victorias, y, segundo, tras el partido de Soria, donde jugamos un partido justito pero ganamos. Para ascender hay que hacer partidos de 6-1 al Nàstic, 0-4 al Girona, 3-5 en Cartagena y 2-4 en Cádiz, pero también tienes que hacer partidos de 0-1 cuando no estás tan bien como el rival pero ganas por detalles; eso es lo que hace a un equipo luchar para ascender. A veces los detalles son clave. El partido de Soria nos demostró que estábamos capacitados para competir al máximo.

¿Y a quién se lo dijo?

A los jugadores. Les hice ver que había sido un partido diferente.

¿Se dirige a ellos de usted?

No.

¿Y a la inversa?

Alguno, pero me da igual como se dirijan. Juanfran y Xisco siempre me hablan de usted. De todas formas, creo que es un formalismo que se extingue. Cuando era jugador, siempre le hablaba al técnico de usted porque era la educación deportiva que nos daban antes. El respeto no radica en el tú o en el usted. Mis jugadores saben que hay una línea que no deben pasar y el que la pasa sabe que se equivoca.

¿Les ha ido bien ir de tapados y sólo tener que lidiar con la presión en la recta final?

Sí. Inicialmente exigíamos al equipo estar en mitad tabla y ver qué pasaría y adónde podíamos llegar. Y, la verdad, nos íbamos sorprendiendo al ver las posibilidades. Una vez ahí, y en estas condiciones de club, sabíamos que sería difícil que esta circunstancia se volviera a dar. Se hablaba de que, si continuábamos en Segunda, el presupuestos se iba a recortar aún más.

La guinda es perfecta, subir el año del Centenario.

Nos lo cuentan y no nos lo creemos. Es idílico. Aquí, aunque era un año histórico, se optó por un plan de austeridad, y mejor no ha podido salir. Hemos tenido que convivir con las limitaciones. Por ejemplo, se pensó ir a Irún en chárter y, por dinero, no se pudo y fuimos en autobús. La gente sabe dónde está y lo asume.

Si mira atrás y ve de dónde viene y dónde deja al equipo, ¿qué piensa?

Cuando firmé, sabía que las cosas estaban mal, pero cuando llevaba quince días aquí me di cuenta de que estaban mucho peor. Era un caos total. No teníamos jugadores, cuatro cambios del consejo de Administración, la venta. Uf.. En Buñol no había ni agua caliente en el vestuario. Ha sido muy duro, y ver lo que hemos conseguido es increíble. El que ha estado aquí viviendo el día a día sabe lo que hemos sufrido; por ello, ahora sabe tan bien lo que estamos consiguiendo.

Las adversidades fortalecen.

A lo mejor, parte del éxito radica en ello, pero no lo cambio y espero no tener que volver a pasar lo que he pasado aquí en otro equipo. Ha sido muy duro.

¿En algún momento pensó: "ahí os dejo"?

Al principio de la anterior temporada, Pedro (su segundo) y yo lo pasamos muy mal. Faltaban diez días para empezar a entrenar y no había ni jugadores. Imagínate. Cuando vinieron los de Tomelloso también fue un momento duro y tenso, porque nos dejaron descolocados.

Y el mejor....

Estos días están siendo preciosos, pero espero que lo mejor esté por llegar.

¿Cómo han venido preparando la planificación de la próxima temporada sin saber si iban a estar en Primera o Segunda?

Aquí, creo que te vas dando cuenta, todo es complicado. Planificar sin un presupuesto es difícil y más sin saber si te mueves para Primera o Segunda. Lo que siempre hemos tenido claro es que el club no va a perder el norte. En Primera seremos el presupuesto más reducido de la categoría, ya que nos moveremos entre 7 y 8 millones brutos para toda la plantilla, y eso en Primera es una locura, pero aguantaremos, porque lo más importante es que haya club.

Con ese presupuesto, ¿se podrá competir contra equipos que gastan 40 millones en un jugador o 10 en un entrenador?

Sabiendo que el día que juguemos contra ellos será una fiesta. Si se pierde contra los grandes, no habrá que hacer de ello un drama, y saber que tu liga es otra. La liga será un sufrimiento constante hasta poder salvarnos. El club lo que no puede es caer en los errores del pasado, y el presidente ya nos ha dicho que hay que mantener la cordura.

¿El Levante es un club comprador o vendedor?

Vendedor, ya vendimos a Geijo, y Manolo [Salvador, director deportivo] ya ha dicho que deberíamos hacer un traspaso al año para mantener el presupuesto. Todo está en el mercado.

¿Usted es pedidor?

Sí. Si Quico me dice que tengo para gastarme nueve millones, me los gastaré. En el fútbol, lo más importante son los jugadores, y ellos son los que ganan los partidos. Yo me considero importante hasta que pita el árbitro, pero luego...

Por economía, ¿es el momento de echar mano de la cantera?

Se intenta, pero no es fácil. Hemos subido a Héctor Rodas, Mateu, se ha consolidado Iborra, está Reina y Manu. En Segunda, excepto el Villarreal, hemos sido el equipo con más canteranos.

¿Ha contado con la plantilla que quería?

Es el mejor equipo que podía tener. Con el presupuesto que teníamos es un auténtico equipazo.

¿El equipo refleja su personalidad?

Sí, somos un equipo con mucha fe, hambre, garra, espíritu y que nunca da nada por perdido.

¿En qué flaquea?

A veces nos despistamos un poco. El día de Irún nos fuimos del partido. A veces, por el ímpetu, dejamos de hacer el abc del fútbol y nos volvemos locos. Falta un pelín de poso.

¿Cree que en España se respeta poco la figura del entrenador?

Así lo dijo Del Bosque. Creo que, en lo bueno y en lo malo, todos ganamos y todos perdemos. Pero es lo que hay y nada lo va a cambiar. Así está montado.

¿Podrán convivir "amigablemente" Valencia y Levante?

Creo que sí. Valencia es una ciudad muy grande y hay hueco para todos. Se trata de convivir y no de competir. El Levante tiene cien años y una masa social detrás. Seremos dos realidades diferentes, uno que luchará por seguir arriba y otro para aguantar como sea.

Si pudiera elegir un rival, ¿contra quién le gustaría debutar en Primera?

Me he criado en el Atlético de Madrid y para mí, jugar en el Calderón será especial. Empecé en infantiles y acabé en el primer equipo, además de que toda mi familia es del Atlético. También podría ser bonito un derbi, porque llenaría el campo.

Lo imagino, pero dígame a qué equipo le gustaría entrenar.

Dirigir al Atlético sería un sueño.