Las excusas de Miguel Brito se han acabado, ya no tienen veracidad en un Valencia que, desde el cuerpo técnico hasta la directiva, está harto de los continuos actos de indisciplina del lateral portugués. El club tomó ayer por la tarde la decisión de abrir expediente disciplinario y apartar del equipo al jugador, tras haberse presentado con una hora y media de retraso al entrenamiento de ayer en la ciudad deportiva. El propio club, en un escueto comunicado, señaló que el jugador trabajará "por un tiempo indefinido" al margen del grupo y que no participará "en la competición".

El futbolista, reincidente en actos de indisciplina, llegó a la ciudad deportiva a las 11,25 horas, una hora y media más tarde de lo programado. Los jugadores están citados a desayunar a las 9'30 horas pero se acepta que lleguen como máximo a las 10, media hora antes del entrenamiento. Miguel aparcó su coche en una puerta trasera de la ciudad deportiva y ya no le dio tiempo a entrenar, ya que su retraso injustificado coincidió con la parte final de la sesión de trabajo de la plantilla. Según la versión del club, el futbolista trabajó en el gimnasio.

En esta ocasión el club ha optado por una sanción ejemplarizante, habida cuenta del poco caso que Miguel ha hecho a las sanciones económicas del pasado o a la protectora postura del club, que en anteriores polémicas incluso ha llegado a disculpar públicamente a Miguel, amparándose en su buen rendimiento deportivo, o premiándole con la capitanía del equipo. La decisión de ayer fue consensuada a medias entre el técnico Unai Emery, que propuso la sanción definitiva, y el presidente Manuel Llorente, muy enojado por este nuevo episodio de indisciplina. Antes de llegar a esa solución final, desde el club se valoraron otras alternativas, más drásticas pero inviables, como la rescisión del contrato del futbolista.

En principio, la voluntad del club es no contar con Miguel en lo que queda de temporada. Una idea que dependerá de las necesidades deportivas del equipo, que a partir de ahora cuenta con un solo futbolista para esa demarcación (Bruno) en los tres meses que restan de competición. En el pasado, cuando se valoró la posibilidad de suspender de empleo y sueldo al lateral, el club acabó decantándose por la clemencia porque el equipo tenía necesidad de que jugase. Únicamente la postura que tome a partir de ahora el futbolista, así como las necesidades del primer equipo, vivo en la Liga de Campeones y luchando por la tercera plaza en la Liga BBVA, podrían llegar a variar la actual situación. Si Emery tuviera la necesidad de sustituir a Bruno, tendría que desplazar a Stankevicius al lateral (su posición natural, pero en la que no juega desde que se convirtiera en el central más en forma de la plantilla), o adaptar a Ricardo Costa (que ya ha jugado en la selección portuguesa en esa demarcación) o en caso extremo, a Maduro.

Situación personal delicada

A todo esto se suma el delicado momento personal que atraviesa el jugador en las últimas fechas es delicado, desde que se conociera la petición de cinco años de prisión de la Fiscalía portuguesa por supuesta posesión ilícita de armas (por los incidentes en una discoteca lisboeta en diciembre de 2009) o el contencioso abierto con su ex equipo, el Benfica, por una deuda con Hacienda.

"¿Tú me has visto llegar a esa hora?"

El futbolista dio ayer su opinión de los hechos de manera breve e irónica. Cuando se marchaba de la ciudad deportiva, sobre las 13.30 horas, asediado por los medios de comunicación, negó que dentro de los vestuarios hubiese sido recriminado por parte del cuerpo técnico. Algo completamente incierto, ya que tanto el técnico Unai Emery como el coordinador de la secretaría técnica, Braulio Vázquez, le reprocharon su comportamiento y le comunicaron que el club iba a ser muy contundente con la sanción deportiva que se le iba a aplicar.

Por otro lado, cuando Miguel fue preguntado por los motivos de su retraso, su respuesta fue sarcástica: "¿Tú me has visto llegar a esa hora?", espetó al periodista que le lanzó la pregunta.

El futbolista, que en la sesión de hoy entrenará por primera vez en solitario, no parecía excesivamente disgustado por todo lo acontecido. Antes de marcharse, en un tono relajado, como si no hubiese pasada nada, atendió a la decena de aficionados presentes en la Ciudad Deportiva a esa hora que le pidieron autógrafos y fotografías.