Txiki Begiristain es el nuevo director deportivo del Manchester City y algunos dicen que Pep Guardiola podría ser el próximo entrenador del equipo azul de Manchester, en sustitución de Roberto Mancini. El Manchester City es propiedad de un grupo inversor de los Emiratos Árabes y su máximo accionista, el jeque Mansour bin Zayed Al-Nahyan. Mansour bin Zayed, es un tipo discreto, como Amancio Ortega. Pero muy rico, como Amancio Ortega. El empresario gallego no es el dueño del Deportivo de La Coruña (o sí, ¿quién sabe?), pero el jeque árabe sí es el dueño de uno de los equipos más poderosos del mundo. Qué aburrido es el fútbol cuando no se habla de fútbol, ¿verdad?

Hablemos de fútbol. Hablemos de fútbol ficción. Imaginemos que Mansour bin Zayed es el propietario del Manchester City, que Txiki Begiristain es el director deportivo del segundo equipo de Manchester y que Pep Guardiola es el entrenador de los "citizens". Imaginemos que Mansour bin Zayed está dispuesto a seguir invirtiendo millones y millones de euros en el Manchester City, a pesar de que el fútbol es un negocio tan ruinoso como explotar una cadena de videoclubes en Corea del Norte especializados en películas de porno gay. Imaginemos que Begiristain tiene carta blanca no sólo para fichar a quien quiera, incluidos Messi, Ronaldo y la penúltima perla brasileña, sino para deshacerse de una vez de Balotelli, el futbolista más megaultrasobrevalorado de la historia del balompié. Imaginemos que Guardiola puede organizar un súper Manchester City construido con los millones del Mansour bin Zayed y el buen ojo de Begiristain con total libertad, sin la obligación de tener que ganar todos los títulos en la primera temporada y con un contrato por diez años, prorrogables por otros diez, con la única condición de que el entrenador catalán siga luciendo sus trajes con la misma elegancia. Imaginemos todo eso. Imaginemos, por último, que el Manchester City de Mansour bin Zayed, de Begiristain y de Guardiola arrasa en la Premier League y gana la Liga de Campeones. Pregunta: ¿quién sería el máximo responsable del éxito del Manchester City? ¿Hablaríamos del Manchester City de Mansour bin Zayed, del Manchester City de Begiristain o del Manchester City de Guardiola? ¿Un Manchester City campeón de Europa sería mérito del jeque que puso el dinero para fichar a Messi, del director técnico que convenció a Messi para dejar el Barça o del entrenador que hizo posible que Messi siguiera siendo un gran jugador lejos de Xavi, Iniesta, Cesc y Busquets?

Si el fútbol sólo es parte de la superestructura ideológica que se apoya en el modo de producción capitalista, tendríamos que hablar del Manchester City de Mansour bin Zayed. En una ocasión, un periodista de la revista "Life" que entrevistaba al productor cinematográfico Samuel L. Goldwyn empezó así una pregunta: "Cuando William Wyler hizo "Cumbres borrascosas"...", pero Goldwyn le interrumpió diciendo: "Yo hice "Cumbres borrascosas", Wyler sólo la dirigió". ¿Es Mansour bin Zayed el Samuel L. Goldwyn del Manchester City? No, porque Goldwyn intervenía en las películas que producía (para desgracia de sus guionistas, por cierto) muchísimo más que Mansour en los clubes de fútbol que produce. Samuel L. Goldwyn era una mezcla entre Mansour y Begiristain, pero con más mala leche y con menos paciencia. ¿Tendríamos que hablar, entonces, del Manchester City de Mansour-Begiristain como hablamos de la ley de Boyle-Mariotte? Es más, ¿podríamos decir que, al igual que según la ley formulada por Robert Boyle y Edme Mariotte, el volumen de una cierta cantidad de gas es inversamente proporcional a la presión, de forma que cuando aumenta la presión el volumen baja, mientras que si la presión disminuye el volumen aumenta, el volumen de títulos de un equipo construido a golpe de talonario es inversamente proporcional a la presión, de forma que si la presión por ganar títulos disminuye el volumen de títulos ganados aumenta? El Manchester City y el Málaga puede que confirmen esta ley de Boyle-Mariotte aplicada al fútbol.

En definitiva, ¿un Manchester City campeón de Europa sería un Manchester City de Mansour-Begiristain? ¿Guardiola no pintaría nada? ¿William Wyler no tuvo nada que ver en el éxito de "Cumbres borrascosas"? Pues no. La ley de Boyle-Mariotte es una de las leyes de los gases ideales, es decir, teóricos; y, aunque es cierto que en condiciones normales de presión y temperatura la mayoría de los gases se comporta como un gas ideal, debemos tener en cuenta que para gases pesados como el City, o no tan pesados pero sometidos a temperaturas bajas en la grada o alta presión en la prensa, el modelo de gas ideal tiende a fallar. Y ahí entran Guardiola y William Wyler, especialistas en tratar con gases pesados y con gases reales sometidos a temperaturas bajas o altas presiones. Tendríamos que hablar, pues, del Manchester City de Mansour-Begiristain-Guardiola. Y si Messi llegara a vestir de azul, del Manchester City de Messi. Acabáramos.