El Valencia dio ayer un paso de gigante hacia la zona de Liga de Campeones, a donde le corresponde por caché y presupuesto. Ya es quinto, a un punto la sorprendente Real Sociedad, y a la espera de lo que haga hoy el Málaga ante el Espanyol. El grupo de Valverde volvió anoche emitir señales luminosas ante un rival directo, mermado al cuarto de hora por la expulsión de su defensa Amaya y un penalti transformado por Soldado. El contratiempo no fue excusa para el Betis, porque en circustancias normales el Valencia habría salido, igualmente, vencedor. Con varias actuaciones imperiales „Guardado, Rami, Feghuli y Parejo, especialmente„ gestionó el partido con absoluta jerarquía. Grandes noticias para ir a por la caza de la cuarta posición.

Con un entrenador más distendido, al Valencia se le nota se le nota más feliz en los últimos meses. Goza con el juego, disfruta con su rol de obligado candidato a la zona Champions. Tácticamente, el equipo ha roto las cadenas de la era Pellegrino. Es un conjunto más sólido, comprometido con el orden y el rigor que que le exige el guión trazado desde los despachos. La tropa se cree el discurso de Llorente: Sólo vale ser terceros o, en el peor de los casos, cuartos.

El Valencia entró en el partido decidido a superar al Betis, un rival directo, venido a más esta temporada por la gracia de Pepe Mel, un tipo testarudo, que en unos años ha llevado al Betis de Segunda a competir por una plaza europea. Ha formado un grupo dinámico, que se postula a estar en en la cabeza del segundo pelotón hasta el final. No sólo defiende bien. Ofrece un ataque dinámico, con futbolistas muy interesantes.

Pero enfrente tenía ayer al Valencia, al que la eliminación de la Champions y la derrota en San Mamés no le han pasado factura. Valverde toca las teclas con mimo y, a salvo en las grandes citas, el equipo no dobla las rodillas.

Firme en defensa, el Valencia buscó el camino del gol desde el principio, con Parejo en el control de la nave y Feghouli como una lanza envenenada para entrar por la derecha. O como satélite de Jonas para sorprender con una ofensiva desde el centro. De sus pies salió la acción que rompió los esquemas del Betis al cuarto de hora de juego. Desde la posición del «7», el francés envió un pase entrelíneas a Soldado. que fue derribado por Amaya cuando se disponía rematar ante el portero. El defensa intentó evitar el penalti soltando el pie en el límite del área, pero Muñiz Fernández señaló penalti. Acertó por milímetros. La acción resultó determinante. El defensa fue expulsado y Soldado anotó el máximo castigo con suma tranquilidad. Desquiciado desde la banda, Mel reestructuró el dibujo. Retiró a Campbell para rehacer la retaguardia.

Anoche fue el turno de Parejo, No se puede negar que es un mediocentro diésel, tiene otra marcha, pero la ha puesto a punto. Jugó una primera parte magistral. A su lado. Tino Costa no le anduvo a la zaga. Valverde ha conseguido que no haya disidentes. Hasta Banega juega con un compromiso conmovedor. Mestalla es exigente, pero siempre premia la redención de sus futbolistas.

Con uno más sobre el campo, el Valencia le faltó rematar la faena antes del descanso. Sólo disfrutó de tres ocasiones, la más clara en un remate de Tino Costa, pero siempre rondó con peligro por el área del Betis, agazapado en busca de una salida rápida hacia la portería de Alves.

El portero brasileño, inédito en la primera parte, evitó un disgusto nada más retomarse el partido. A Mathieu, un central funcional, se le puede perdonar un error. Dejó que Castro se presentara solo ante Alves, que respondió con una parada decisiva a la confianza de su entrenador. El banquillo del Betis saltó muy enfadado, reclamando penalti por un agarrón del francés. Muñiz Fernández no se despeinó. El remate del delantero suponía la aplicación automática de la ley de la ventaja.

El Betis, afilado por los rápidos movimientos de Pabón y la verticalidad de Rubén Castro,, no se rindió nunca pese a jugar con diez. Y atosigó al Valencia durante un buen rato, amenazando un empate que empezaba a merecer. El partido estaba abierto a todo, porque el Valencia hizo méritos para marcar el segundo gol. Superado el trance del primer cuarto de hora. el equipo de Valverde reforzó su posición sobre el césped. Con Canales en el campo, y taconazo para la grada, el juego ganó dinamismo. Feghouli fue, como de costumbre, fue el más activo. Llevó loco a su marcador. Puro nervio.

Con el Betis prácticamente rendido, el Valencia cerró la noche con dos goles más: uno en propia puerta de Paulao, salido de los pies de Canales, y un extraordinario tanto de Jonas, que sigue sumando.