Anoche quedó definitivamente finiquitado el viejo Consejo de Administración del Valencia, ese que nos ha deparado sorpresas hasta su postrer suspiro. La última, la concesión de una paga extra a los empleados, un colectivo especialmente maltratado por Llorente, al que ahora ha querido recompensar de cuanto le debía. Esa esplendidez, junto a la de la prima 3,4 a la plantilla, contrasta con la política de ahorro y austeridad de la que siempre hizo gala el expresidente. Pero, una vez apartado del cargo, Llorente no sólo ha roto con su tacañería habitual, sino que se ha ciscado en el VCF y en sus problemas financieros. Lo cual viene a demostrar que tenían razón sus opositores: el club le importa un bledo. Su única preocupación era velar por los intereses de Bankia y tratar de devolverle los créditos a la mayor brevedad posible. Ese era su verdadero objetivo. Cada día que pasa, Llorente queda más retratado: Bankia (Olivas y Camps mediante) lo aupó al cargo, y por Bankia han sido sus desvelos. No por el VCF.

Y no digamos nada de Andreu, ese señor tan estricto antes con el gasto, y tan espléndido con las recompensas, ahora que ya no está dentro del club. En su condición de administrador judicial, ¿cuántas veces ha trabajado A.F., codo a codo con Bankia? Pues en eso está.

Afortunadamente, Fajardo se va. El hasta ahora presidente de pega, se retira al menos de la primer fila, después de tantos años de mangoneo, saltando de bando en bando, cambiándose de chaqueta más que El Titi„Chaquetardo, le bautizó algún sibilino periodista, cuyo nombre no revelaré, por si a Andreu le da un soponcio irreparable„.

Ahora, este gran líder social que es (don) Vicente, encabeza un movimiento „no Nacional, pero, por ahí, por ahí anda la cosa, dado el perfil político de alguno de sus promotores„. Su objetivo es el de para captar a mil adinerados valencianistas, dispuestos a gastarse, cada uno, 50.000 euros en acciones del VCF. Corren tiempos difíciles para tamaña empresa, pero dado el carisma de Farjado y el tirón de quienes le acompañan, todos ellos referentes en sus respectivos campos profesionales, de carismática personalidad y ejemplares ciudadanos de reconocido prestigio social, no duden que lo conseguirán. Ánimo