­­El Valencia Basket se ha convertido en un «inquilino» de lujo, que no ha dudado en invertir casi un millón de euros para la última remodelación de la Fonteta en su trigésimo aniversario. Con las arcas públicas cada vez más exiguas, el paso adelante de Juan Roig ha permitido adecuar las instalaciones municipales a la normativa de seguridad. Las obras, que arrancaron el pasado 1 de agosto, han supuesto la creación de tres nuevas torres de evacuación, que se suman a la construida hace tres años. Se han ampliado tres vomitorios, así como los accesos a las salidas de emergencia. «Hemos perdido los despachos de los técnicos», ironizaba ayer Velimir Perasovic. Por el camino también se han quedado 400 butacas menos, con lo que el aforo total ha quedado en 8.000 localidades. Ayer, en una visita guiada por las obras aún podía escucharse el sonido de las radiales, junto con el ir y venir de los operarios rematando los trabajos. «Lejos de ser un inquilino más, este club no deja de liderar temporada tras temporada para mejorar la Fonteta», incidía Cristobal Grau, concejal de deportes de Valencia.

Las mejoras no se han quedado ahí, pues al vestuario visitante también se le ha dado un importante lavado de cara. Las escaleras del graderío son más amplias y cómodas, se han habilitado tres nuevas escaleras exteriores contraincendios, nuevos vomitorios entre los asientos „ uno en el anillo superior y dos en el inferior-„ dos nuevas escaleras entre las gradas, ocho nuevas salidas al exterior desde el anillo superior y, el rediseño de un nuevo plan de evacuación que permitirá desalojar por completo el edificio en unos cuatro minutos. Además, con estas reformas, se ganan nuevos espacios y se facilitan mayores comodidades a los usuarios.

Los 900.000 euros adelantados inicialmente por la entidad valenciana serán retornados posteriormente por el consistorio. Idéntica formula a la seguida en 1993 cuando se acometió la primera gran reforma del pabellón valenciano. Entonces, siendo presidente del club Fernando Roig, se eliminó la pista de atletismo y se modernizó el recinto. De ahí que Grau ayer destacara el «compromiso del club con la ciudad «para que tengamos unas instalaciones mejores». «Mejores gradas, pasillos, reorganización de las vías de salida y accesos. Además su construcción ha sido muy rápida», señalaba el edil. Las obras están siendo supervisadas por los técnicos de la Fundación Deportiva Municipal. Ayer, el arquitecto José Martí bajó a pie de obra para explicar a Grau, y los directivos Paco Raga y Vicente Solà algunos detalles más técnicos.

Superar los 6.000 abonados

A nivel social, el club se ha fijado como meta superar los 6.000 abonados. En la actualidad, la cifra está en unos 5.600, tal como reconocía ayer Raga. «Se han dado algunas bajas, pero tenemos un público fiel», manifestaba el director general de la entidad. El intento por mantener un horario fijo „ sábados por la tarde„, creen que supondrá un último empujón a la campaña de renovación, que suele mejorar a finales de año. El primer aperitivo será el próximo domingo, ante el Cajasol de Sevilla, con la disputa de la vigésima edición del torneo Ciutat de Valencia, que servirá además como partido de presentación. Del primer equipo, de la cantera y de las nuevas equipaciones. «El club ha hecho un esfuerzo importante para tener una plantilla lo más competitiva posible para poder mantenernos, de la mano de Perasovic, en la elite del baloncesto nacional y europeo», adelantaba el presidente Vicent Solà, muy ilusionado.