Leo Messi tiene que parar. Su liviano cuerpo le ha dicho basta. El delantero ya no volverá a jugar hasta enero de 2014. Una rotura muscular en el bíceps femoral de la pierna izquierda le obliga a estar inactivo entre 6 y 8 semanas. La recuperación, por deseo del jugador, la realizará primero en Barcelona y luego en Buenos Aires. Un kinesiólogo argentino será el encargado de monitorear la recuperación del punta. La lesión, por tratarse de la tercera desde el pasado verano, inquieta, y mucho, en el Barcelona. El liderato pasó ayer a un segundo plano. Y es que, desde que en marzo pasado se lesionó en París, Leo Messi ya no ha vuelto a ser el mismo. Entonces sufrió una elongación en el bíceps femoral de la pierna derecha. Desde entonces, temeroso, ha dotado a su juego de prudencia con menor velocidad de reacción y muchas veces sin desborde.

El argentino, un enamorado del fútbol que ni lesionado deja de estar en contacto con el balón, no acaba de recuperarse al cien por cien y desde el pasado mes de agosto acumula una lesión prácticamente por mes, la última ante el Betis. «La lesión de Leo no tiene nada que ver con la que sufrió en Almería. Ha sido en la otra pierna. Estamos preocupados. Es el tercer episodio de lesión muscular que sufre y eso influye en su cabeza», afirma Tata Martino, que reconoce públicamente que no sabe con certeza por qué Messi se lesiona con tanta frecuencia. «Como de medicina no tengo ni idea pues no sé qué le puede ocurrir a Leo. No sé por qué le pasa, si es casualidad o si no lo es. Tampoco sé muy bien qué podemos hacer para que no se repita. Trataremos de recuperarlo lo más rápidamente posible», reflexiona el técnico que, desde que cogió las riendas del club, se ha visto obligado a dosificar a su estrella. Porque en verano, cuando la recuperación y descanso del jugador debía ser total para arrancar la temporada fresco, el argentino siguió jugueteando con el balón y disputando «pachangas» benéficas en diferentes países. Parar, dicen, disgusta al delantero.

Messi se lesionó el 22 de agosto pasado en la ida de la Supercopa ante el Atlético de Madrid (un hematoma intramuscular en el bíceps femoral derecho); se volvió a romper el 28 de septiembre en Almería (una lesión fibrilar en la misma zona) y, en Sevilla ante el Betis, volvía a caer lesionado. El jugador, de nuevo, se sumía en la tristeza, mientras uno de sus mejores amigos en el vestuario, Cesc Fàbregas, le recomendaba que extremara sus cuidados para evitar una situación peor: «Tiene que parar y cuidarse. Yo lo pase muy mal un año y medio, en el Arsenal. Era un no parar. Parece que estás bien y recaes. Es un calvario. Es jodida la situación de Leo y lo que tiene que hacer es recuperarse de una vez por todas porque la salud es lo primero», le recomendaba. En siete años, Messi ha sufrido doce lesiones, nueve de ellas en el bíceps femoral, cuatro en el izquierdo y cinco en el derecho.

Lesión de Fàbregas

Cesc Fàbregas, que alternará la posición de falso «nueve» con Neymar durante el tiempo en el que Messi se mantenga ko, tendrá que guardar reposo los próximos siete días. Sufre un esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla derecha y su puesto en la selección lo ocupará Marc Bartra.