Marcelino García Toral entrenaba al Zaragoza el 30 de agosto de 2008 cuando se disputó en el Ciutat de Valencia la primera jornada de liga de Segunda. El Levante de aquel día, descendido de Primera, era una incógnita a despejar pues la plantilla se había reunido muy aprisa y con escasos recursos económicos. Entrenado por un indomable Luis García Plaza pero inmerso en un concursos de acreedores se presentaba como un claro candidato al descenso a Segunda B. Por contra el Zaragoza, asimismo descendido de Primera pero muy bien reforzado, era el favorito entre los favoritos a liderar la clasificación. Sorprendentemente ganó el Levante el partido dos a uno, rompió miles de quinielas y dibujó las primeras pinceladas enérgicas y de buenos trazos en un cuadro que quería pintar en la nueva etapa de su historia que comenzó jugando ante el Zaragoza. A la finalización del encuentro la imagen que ofrecía Marcelino García Toral era la imagen del desencanto.

Mañana estará en el Ciutat de Valencia dirigiendo al Villarreal. Lo está haciendo francamente bien en este equipo y ya ha firmado la renovación del contrato. Por su pasado de jugador levantinista es un entrenador al que apreciamos. Jugó en el Levante en dos negativas temporadas, la 1990-91 que acabó en descenso a Segunda B y la 1991-92 que acabó sin conseguirse el objetivo del ascenso. Personalmente no desentonó en su rendimiento y fue de los futbolistas más regulares del equipo. Nos alegramos de su valoración actual como entrenador y repitiendo frases tópicas deseamos que gane todo a partir del lunes pero que mañana termine el partido con la misma cara de desencanto que terminó en la citada temporada 2008-09 cuando vino con el Zaragoza o cuando vino con el Sevilla en la 2011-12.

Fueron dos derrotas que no las esperaba pues en ambas ocasiones llegó con un equipo aparentemente superior al Levante. Al igual que llega este domingo animado por una semana en la que ha recuperado jugadores importantes mientras que Joaquín Caparrós los hay ido perdiendo y ha vivido algún enojo impertinente en el vestuario.

En la grada volveremos a estar acompañados de nuestros nietos Dani y Edu. El primero también estuvo en la visita del Villarreal al Ciutat de Valencia hace dos temporadas. Seguro que recordará como ganó el Levante en aquella matinal dominguera en el ultimo minuto gracias a un gol de Rubén de tiro directo.

Fue una victoria muy festejada porque truncó una racha de cuatro triunfos villarrealenses seguidos en el campo levantinista. Anhelamos que mañana se repita una historia parecida, el Levante sume los tres puntos y los queridos «xotos» lo celebren con los «granotas». Porque desde que el Villarreal se convirtió en equipo de prestigio, capaz de hacerles sombra, no conocemos un solo «xoto» al que le caiga bien.