­Conforme la afición por las carreras populares ha ido creciendo, se ha hecho necesario idear fórmulas imaginativas para no caer en la monotonía. Se han inventado con el trazado, que ha hecho crecer no ya las carreras de montaña, sino las de escalones y obstáculos. También se han organizado carreras nocturnas, carreras para mujeres, carreras en alpargatas, en la arena de playa, al amanecer... y una que ha cogido una fuerza inusitada en tan sólo dos ediciones es la celebrada ayer: el maratón Ekiden. La disputa de los 42 kilómetros a la japonesa, con equipos formados por seis corredores que recorren diferentes tramos. Una oportunidad más que perfecta para que todos puedan decir que han corrido un maratón, aunque haya sido, claro está, una dosis de ella: tres tramos de 5 kilómetros, dos de diez y uno de 7.195 metros, que completan la distancia de Filípides.

Tiene mérito que entraran en meta 608 equipos, o sea, 3.648 corredores. Porque todos han tenido que ponerse de acuerdo para crear un equipo. De cualquier modo, la estética del Ekiden es perfecta. El concepto del relevo, el «tasuki» (una especie de banda de fallera), la zona de transición en el Estadio del Turia, el ambiente multicolor... todo se conjuga para hacer de la carrera una fiesta divertida.

Finalmente, 259 equipos masculinos, 47 femeninos y nada menos que 302 mixtos (indispensable dos corredores como mínimo de un mismo sexo) conformaron una matinal de casi cinco horas de esfuerzo, el tiempo que empleó el último equipo en entrar en meta.

Siendo una carrera de equipos, es muy difícil que el mejor tiempo no lo haga el Cárnicas Serrano. Uno de sus equipos fue el primero en entrar en meta. Con una marca lastrada por el calor (2.16:36) y que faltaba alguna de sus estrellas, como el lesionado Ouais Zitane. Pero fueron los primeros desde la primera posta de Jaouad Oumellal, y a la que dieron continuidad Luis Félix Martínez, Agustín Sieres, Rubén Martín y Mohammed Mohatane, para rematar el olímpico Nacho Cáceres. Casi cinco minutos sacaron al segundo clasificado, el Metaesport con Albert Sangil, Yoel Ferrer, Iván Puchol, Salva Castro, Jesús Descals y Diego Polo. Uno de los equipos de Redolat completó el podio masculino.

La carrera femenina fue muy emocionante, porque tuvo más alternativas. Raquel Almiñana hizo la primera posta para las chicas de Serrano en primera posición, por delante de las Redolat y el equipo Kenyan Urban Way. En la segunda posta, Raquel Landín sacó un mundo a las demás, poniendo en primera posición a las «kenianas». Bonito fue el duelo después entre Nazareth Asencio y la reaparecida Fatima Ayachi, como el de Lorena Ruiz y Pilar Villaplana y Neus Quiñonero contra Irene Espí. Con tres minutos y medio de ventaja para las «africanas», quedaba un último duelo entre Miriam Gregori y Marta Esteban. Esta última hizo una posta espectaular, recuperando tres minutos en los siete kilómetros finales. Se convirtio la prueba en una auténtica persecución, pero finalmente las Kenyan se llevaron la victoria por delante de las de Serrano y, más atrás, las Redolat.

En la prueba mixta no hubo más color que el rojo y amarillo de Serrano, que llevaban otro equipo de lujo con Natacha López, David Aparicio, Isabel Checa, Rafael Fambuena, José Antonio Teller y Octavio Sanchis, que sacó nueve minutos al Redolat y al Metaesport.

Una carrera, en definitiva, en la que lo que contaba era más el equipo que la individualidad y que hizo pasar un rato muy divertido a los corredores.

De Massamagrell al Holi Run

El próximo fin de semana regresa el Circuito de la Diputación con una de las citas de lujo a lo largo de la temporada: el 15K Vila de Massamagrell, una de las carreras con más alta participacion del año. También se celebra la Mitja Marató d’Alcàsser. Y dentro de esas carreras que buscan nuevas sensaciones, en el puerto se correrá la Holi Run, cinco kilómetros llenos de polvo de colores, aunando la típica fiesta de la India con el ejercicio más o menos desenfadado.