Victoria muy valiosa y sufrida del Ontinyent que suma, con esta semana, diez jornadas consecutivas sin conocer la derrota que le permite codearse en lo puestos de promoción de ascenso.

El juego combinativo del Ontinyent se impuso en los primeros instantes del encuentro con un Ontinyent que intentaba explotar todos sus recursos por la banda derecha con un Leomar muy incisivo que hizo trabajar a destajo a Maynau. El primero en buscar portería fue Alberto Rubio pero el esférico golpeó en la espalda de un defensor catalán. El Ontinyent continuó madurando el partido desde la medular con un Anaba imperial cuyo porcentaje de acierto fue extraordinario. Precisamente el futbolista ghanés puso en serios apuros a Marcos en un obús que obligó al portero catalán a volar para evitar la primera diana local. El guion cambió su historia cuando el árbitro señaló máxima pena por una presunta falta dentro del área de Verdú que además le supuso la segunda tarjeta amarilla y por tanto expulsión. Álvaro Campos, posiblemente uno de los mejores guardametas de la categoría, detuvo el lanzamiento de Pitu, salvando una vez más al conjunto vallalbaidí. Con uno menos, el Ontinyent sacó sus mejores argumentos colectivos minimizando la superioridad catalana. Tanto esfuerzo obtuvo su recompensa en una falta ejecutada por Nemesio y rematada por Russo al fondo de las mallas. Un gol psicológico que hacía justicia a los méritos y deméritos de unos y otros.

Tras el descanso, el Ontinyent sacó fuerzas del fondo de reserva para mantener el botín de la victoria. De hecho, en los primeros minutos, los de Vicente Parras apenas sufrieron en defensa, llegando a mostrar atrevimiento a pesar de la inferioridad. Con el paso de los minutos, el Llagostera encerró al conjunto textil en su área. Los instantes finales fueron un asedio catalán con muchas aproximaciones pero sin grandes ocasiones a excepción de un gol anulado a Facu por supuesto fuera de juego con el que acabó el partido.