La anunciada subida de impuestos que afectará fundamentalmente a las denominadas rentas de capital -según adelantó ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero- no afectará, según estas previsiones, a uno de los nichos en los que las grandes fortunas ponen a resguardo sus inversiones: las sociedades de inversión mobiliara de capital variable (sicav). A través de este mecanismo, los titulares de las sociedades cotizan sólo el 1% de sus plusvalías, frente al 18% de media que cotizan los declarantes del IRPF, como es el caso de los trabajadores y, por tanto, el grueso de las familias de este país.

La pretensión del Gobierno es aumentar la presión fiscal sobre las rentas de capital, es decir, por norma general, que no proceden del trabajo: intereses bancarios, dividendos, plusvalías por ventas de acciones o viviendas, seguros de vida... En general, todas aquellas que se consideran inversiones mobiliarias. Estos ingresos cotizan a un tipo único del 18% a la hora de hacer la declaración de la renta. Sin embargo, por el mismo tipo de beneficio, las sicav sólo cotizan el mencionado 1%.

Patrimonio acumulado

Según los últimos registros hechos públicos por la CNMV en su página web, correspondientes al tercer trimestre de 2008, en esa fecha existína inscritas 3.369 sociedades, que acumulaban un patrimonio de 27.143,2 millones de euros, lo que resulta en un patrimonio medio de 8,05 millones de euros. Esas sociedades aglutinaban a esa fecha 439.395 socios, si bien la mayoría de ellos son nombres de paja interpuestos por los auténticos dueños, ya que la ley obliga a que las sicav tengan un mínimo de 100 partícipes. No obstante, la crisis bursátil que ya se desató el año pasado ya provocó a finales del tercer trimestre una reducción del 88,6% en el beneficio de las sicav, que fue de 186,5 millones de euros, frente a los 1.636,4 millones de un año antes.

En todo caso, el patrimonio acumulado por ese pequeño número de sociedades constituye por si solo tres cuartas partes (un 76,5) de los 35.466 millones de euros que las familias españolas tenían consignadas como rentas de capital mobiliario el año pasado, según los datos de recaudación de la Agencia Tributaria. Esa cantidad supuso un incremento del 28% sobre lo invertido en ese capítulo el año anterior por los 16,394 millones de contribuyentes que declararon esas rentas en el IRPF.

Es precisamente sobre ese colectivo y sobre las empresas que cotizan por el régimen ordinario sobre quienes recaería la subida de los impuestos que prepara el Ejecutivo. Sin embargo, su incidencia sobre el conjunto de la recaudación es reducido: el año pasado supuso sólo el 7,73% de los ingresos tributarios líquidos, que ascendieron en total a 114.082,922 millones de euros, según los datos de la Agencia Tributaria. En concreto, Hacienda recaudó 6.169,388 millones en concepto de retenciones de capital del Impueesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Y las retenciones de los rendimientos de capital del Impuesto sobre Sociedades ascendieron a 2.756,729 millones de euros.

Precisamente ayer, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra y doctor en Economía por la Universidad de Harvard, José María García-Montalvo, dijo que plantear que hay que subir los impuestos a las rentas altas para hacer frente a los subsidios de desempleo supone hacer un ejercicio de "demagogia pura". "¿Por qué nadie habla de cambiar la tributación de las sociedades de inversión de capital variable [sicav], o de evitar el fraude fiscal?", se preguntó.

Por otro lado, y preguntado sobre la razón de que la economía española no dé las mismas señales de recuperación que otras economías europeas, García-Motalvo explicó que se trata de un fenómeno "esperado" por varios motivos. Uno de ellos es que España entró en recesión más tarde que esos países. Otro es que la economía española creció muy centrado en el sector inmobiliario, que es el que ha generado los problemas. "Lógicamente tiene que tener más problemas y le cuesta más salir", explicó.