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En pleno debate sobre el sistema de pensiones, el consejo de administración de BBVA ha decidido congelar tanto las aportaciones al plan de pensiones de 79,7 millones de euros de su presidente, Francisco González, así como a su sueldo, que el año pasado ascendió a 5,32 millones. De este modo, González renuncia a una indemnización de 93,7 millones de euros que le correspondería en el caso de que la entidad decidiera prescindir de sus servicios. Además, elimina las indemnizaciones por cese para los consejeros ejecutivos, según consta en la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con motivo de la convocatoria de la junta general de accionistas del 12 de marzo.

En concreto, la entidad ha suprimido las indemnizaciones por cese de sus consejeros ejecutivos, los denominados blindajes, lo que le propiciaría un ahorro teórico de 178 millones de euros. De este modo, Francisco González renuncia a los 93,70 millones a que tenía derecho si la entidad decidía prescindir sin causa justificada de sus servicios. La medida afectaría fundamentalmente al consejero delegado de la entidad desde septiembre del año pasado, Ángel Cano, quien mantiene el esquema de jubilación anticipada, estándar para todos los empleados del banco, consistente en un 75% del salario pensionable antes de cumplir los 55 años y un 85% después de los 55 años.

Asimismo, se reducen considerablemente las obligaciones en materia de previsión (pensiones). En el caso del presidente, tras la aportación de 7 millones de euros en 2009 (inferior en un 30% a la de 2008) el banco ya no hará más aportaciones, dado que el 19 de octubre del pasado año González ya cumplió 65 años, "motivo por el cual el grupo no considera lógico seguir realizando dotaciones a su plan de pensiones una vez superada su edad legal de jubilación", explicaron fuentes del banco. Mediante esta práctica, pionera en España, la pensión resultante, cuya cuantía asciende a 79 millones de euros -engloba las cantidades provisionadas durante su trayectoria de 14 años al frente de BBVA- se congela en una póliza de seguros cuyas prestaciones no podrán ser percibidas hasta que el presidente del consejo cese en sus funciones ejecutivas. Los estatutos de la entidad financiera dictaminan la edad máxima de jubilación para su presidente en los 70 años.

El consejero delegado se llevó tres millones brutos al año

La pensión escandalosa del presidente del BBVA tiene un precedente en la misma entidad. Se conoció el pasado mes de septiembre, cuando se anunció la jubilación anticipada de su consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, de 55 años, quien se marchó con una pensión anual que ronda los 3 millones de euros brutos anuales. Para el pago de esta cantidad, que es vitalicia, el banco tiene provisionados 52,49 millones de euros, que garantizan la pensión anual, que no se completó con ningún tipo de indemnización por cese, ya que abandonó el banco "de mutuo acuerdo". Desde ese momento, pasó a cobrar menos que su sueldo en el banco, donde en 2008 percibió 4,6 millones de euros entre cantidades fijas y variables.