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El puerto de Valencia arranca el año con un crecimiento en su actividad global de mercancías del 11,4% durante el mes de enero, respecto al mismo período de 2009, así como una mejora del 5,45% en tráfico de contenedores. En medio de la crisis económica y del desplome comercial en todo el mundo estos crecimientos resultan positivos, aunque también se comparan con un ejercicio de notables descensos en los movimientos marítimos. Con todo, lo que más preocupa ahora a la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) es la conclusión de las negociaciones que mantienen abiertas desde hace varios meses la naviera Mediterranean Shipping Company (MSC) -principal cliente del puerto al aglutinar alrededor del 70% del tráfico de contenedores- y los estibadores de cara a reducir costes salariales. Esa condición la impone la citada compañía para mantener sus operaciones de transbordos de contenedores en el recinto del Grao y no desviarlos a otros puertos del Mediterráneo.

"Estoy convencido en la madurez de la estiba. En estos momentos es necesario buscar ajustes de costes y acuerdos entre ambas partes, como ya lo han alcanzado otros operadores portuarios", destacaba ayer Aznar al término del consejo de administración portuario. MSC ha lanzado una seria advertencia, ya que si no consigue abaratar costes salariales de escala buscará otras alternativas para sus tráficos de transbordos en el Mediterráneo, como Barcelona, Tánger-Med, Giogia Tauro (Italia) o El Pireo (Grecia). La multinacional de capital italiano y suízo, cuya fuga a otros emplazamientos representaría la pérdida anual de entre 500.000 y 700.000 TEU (unidades de contenedor de veinte pies) para el puerto de Valencia trata de alcanzar "in extremis" un acuerdo con la Coordinadora de Trabajadores del Mar, el sindicato que domina el ámbito de la estiba (cuya plantilla se eleva a 1.200 personas fijas en Valencia), inmerso ahora en proceso de elecciones internas y enrocado con sus negociaciones con la plana mayor de MSC.

Liquidez para proveedores

La gestión de las obras de ampliación y otras infraestructuras ha llevado al puerto a liberar 115 millones de euros de las líneas de financiación que tiene abiertas con el Instituto de Crédito Oficial (ICO), que llegan a los 150 millones de euros, y del Banco Europeo de Inversiones (BEI), con un total de 242 millones.

Además, ha ampliado un línea de pagos a través de un "confirming" con Banesto hasta 25 millones de euros. Este sistema permite gestionar los pagos de a sus proveedores ofreciéndoles la posibilidad de cobrar las facturas con anterioridad al vencimiento, lo que garantiza la liquidez de éstos. La APV desestimó el recurso de reposición formulado por Contenemar -filial de grupo en concurso de acreedores- para mantenerse como consignataria en el puerto de Valencia.