Caja Mediterráneo afronta desde ayer una semana trascendental para su futuro. El viernes concluye el ultimátum dado por el Banco de España hace siete días para que revoque la decisión del jueves pasado de su consejo de administración, que aprobó el SIP con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria pero rechazó los plenos poderes otorgados en el protocolo de unión al presidente de la entidad asturiana, Manuel Menéndez, quien será el consejero delegado del nuevo grupo los próximos doce años. Esta última decisión prácticamente supone la ruptura del acuerdo, algo que el supervisor no está dispuesto a aceptar. Aunque diversas fuentes aseguran que en la reunión del pasado viernes los responsables del Banco de España no se expresaron en esos términos, consejeros de la CAM consultados por este diario se muestran convencidos de que otra respuesta negativa de la entidad provocará automáticamente su intervención.

Así las cosas, algunos consejeros están arropando al presidente de la caja, Modesto Crespo, con el propósito de que el próximo jueves, si finalmente se confirma la convocatoria de una reunión del consejo de administración, haya una mayoría de vocales favorables a aprobar definitivamente el SIP con sus otras tres socias. Para ello, según las fuentes consultadas, serán determinantes las conversaciones que el propio Crespo establezca el miércoles en Madrid durante una reunión de la patronal de las cajas, la Ceca. Se trataría, según uno de los consultados, "de lograr algo que nos permita dar el sí en el consejo". Los dos principales escollos que tienen ante sí estos consejeros es la firme posición, avalada por el Banco de España, de Cajastur, que entiende que uno no se puede desdecir, como hizo la CAM, de lo que firmó y aprobó en primera instancia. Además, varios vocales vinculados al mundo empresarial y el aparato ejecutivo que lidera el director general, Roberto López, se muestran muy inflexibles y ahora, en vista de que el liderazgo del grupo lo tiene Cajastur, una entidad mucho más pequeña que la CAM, pero infinitamente más solvente, quieren rebajar la cuota de poder asturiana. Miembros de este grupo barajan como una opción la posibilidad de que la CAM siga sola, aunque el Banco de España ya ha advertido que no podrá acceder al imprescindible dinero del Frob, y no falta entre ellos quien afirme que es mejor la intervención que estar en manos de Manuel Menéndez.

Las fuentes consultadas aseguran que la "situación es muy peligrosa", sobre todo si el consejo diera otro no al Banco de España y creen que el miedo a la intervención y el temor a una posible sanción individual de hasta 200.000 euros por parte del supervisor están haciendo mella en algunos vocales, en especial porque ninguno de ellos tiene claro si el seguro cubriría una eventualidad de esas características.