Tras los ataques a los mercados de deuda al Tesoro español de antes del verano, le ha llegado el turno a las Administraciones autonómicas. Las más endeudadas están empezando a tropezarse con dificultades para encontrar financiación. Cataluña se ha visto obligada a recurrir a los bonos a doce meses de alta rentabilidad (4,75%) destinados a particulares, después de constatar el alto coste de las emisiones a largo plazo. Del mismo modo, el cierre de mercados y la baja nota de las agencias (el 1 de octubre Fitch rebajó a A- su calificación) está pasando factura a la Generalitat, cuya emisiones de deuda resultan hasta 100 puntos básicos más caras que las del Estado. En el tramo mayorista de las subastas de pagarés a un año, el Instituto Valenciano de Finanzas ha dejado desiertas siete de sus últimas colocaciones. Algo similar le ha ocurrido a la Junta de Andalucía, que no ha encontrado inversores para algunos de sus productos financieros.

Ante esta perspectiva, estas autonomías se han dirigido al Ministerio de Economía para solicitar que sea el Tesoro español el que canalice sus emisiones de deuda para obtener financiación a costes más asequible. Aunque la deuda soberana española mantiene todavía primas de riesgo superiores a los 170 puntos básicos sobre el bono de referencia alemán, sus tipos de interés resultan más bajos que los de las emisiones autonómicas. Estas se están viendo acosadas por las retiradas de liquidez del Banco Central Europeo y la fuerte competencia de bancos y cajas, inmersas en una guerra por captar pasivos con altas rentabilidades.

Por contra, los recortes ejecutados por el Gobierno central y los fuertes ajustes previstos en los presupuestos de 2011 parecen haber devuelto la confianza de los mercados en la deuda español tras un primer semestre negro en el que el prima de riesgo llegó a superar los 200 puntos básicos algunos días. Las últimas subastas del Tesoro se han resuelto de forma favorable y con tipos de interés menores de los previstos inicialmente por el departamento que dirige Elena Salgado. Lo que pretenden las autonomías es que sea el Tesoro el que busque inversores aprovechando su mejor calificación y garantice emisiones destinadas a financiar el gasto autonómico. Cataluña y Valencia son dos de las comunidades que están sufriendo más tensiones presupuestarias, al tiempo que su endeudamiento no deja de crecer. El débito de Cataluña asciende a 29.503 millones de euros, el 15,1% del PIB, mientras que el de Valencia alcanza el 16% del PIB con 16.280 millones de euros.