La crisis económica sufrida en España y con especial incidencia en la Comunitat Valenciana ha tenido efectos devastadores sobre familias y empresas. Pero paradójicamente, el frenazo de la actividad industrial se ha traducido también en una rebaja de las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero en el grupo de empresas controladas por el Ministerio de Medio Ambiente dentro del marco del Protocolo de Kioto. Las 109 instalaciones industriales incluidas en el Registro Nacional de Derechos de Emisión de Gases de Efecto Invernadero (Renade) rebajaron en conjunto un 11,4% sus emisiones de CO2 en 2009 en comparación con el año anterior, según los datos recogidos por la Fundación Empresa y Clima que dirige Elvira Carles.

El estudio, elaborado por el consultor Arturo de las Heras refleja que las instalaciones de la Comunitat Valenciana registradas emitieron 8,8 millones de toneladas de CO2 de los 10,8 millones que tenían asignados. La rebaja es superior a la del conjunto de España, que se situó en el 9,46%. No obstante, no todos los sectores productivos se comportaron del mismo modo. Las dos centrales de ciclo combinado de Iberdrola en Castelló y Sagunt fueron las única instalaciones de la Comunitat Valenciana que emitieron gases de efector invernadero por encima de las asignación. Además, según otro informe elaborado por José Santamarta para Comisiones Obreras, las dos centrales incrementaron sus emisiones entre 2007 y 2009, los años de la crisis económica. El año pasado, las centrales de ciclo combinado lanzaron a la atmósfera 1,7 millones de toneladas de CO2 por encima de los 2,1 que tenían asignadas. Esto significa que o bien recurrieron al mercado de derechos o les fueron cedidos por Iberdrola procedentes de otras instalaciones con superávit. Las dos instalaciones de ciclo combinado concentraron el 44,45% de las emisiones asignadas a las industrias de la Comunitat Valenciana. Junto a la refinería de petróleo de Castelló, las dos centrales de Iberdrola figuran entre las 28 más contaminantes de España, según la clasificación elaborada por José Santamarta.

No ha ocurrido lo mismo con otros sectores como el azulejero o el cementero. Las dos fábricas de Cemex (Buñol y San Vicente del Raspeig) han reducido sus emisiones de gases en los dos últimos años. A su vez, el sector cerámico también ha rebajado las suyas. En este caso, por norma general, las empresas han optado por poner los derechos sobrantes en el mercado con el objetivo de obtener liquidez. Las azulejeras, aunque en 2010 han recuperado mercado y capacidad de producción, sufrieron en 2008 y 2009 el impacto de la crisis y se vieron obligadas a reestructurarse.

Pese al descenso de los dos últimos años, las emisiones de gases de efecto invernadero se han incrementado un 75% desde 1990 a 2009, según el informe elaborado para Comisiones Obreras. El sindicato contrasta este dato con el aumento del 28,5% registrado en España en el mismo período.

Pese a todo, las emisiones de CO2 producidas en suelo valenciano representan el 8,21% del total en España, mientras que la población es el 10,86% y el PIB el 9,7%. La autonomía importó en 2009, el 5,5% de la energía eléctrica. "Esto significa que nuestras emisiones per cápita reales son superiores a las computadas", afirma CC OO-PV en un comunicado.

El sindicato explica en un modelo energético con baja presencia de energías renovables, débil presencia del transporte público y un urbanismo disperso altamente consumidor de energía el elevado crecimiento de las emisiones en comparación con el conjunto de España. CC OO instó ayer al Gobierno valenciano a promover el ahorro energético y recordó que apenas se ha ejecutado el 28% del Plan Eólico Valenciano.