La CAM necesita liquidez para seguir funcionando como entidad independiente y la forma más rápida de hacerlo es empaquetar los préstamos de sus clientes y utilizarlos como garantía para pedir el dinero prestado. Y eso es lo que hará de nuevo la entidad esta semana, en la que tiene previsto realizar dos nuevas emisiones de cédulas hipotecarias -la primera hoy mismo y la segunda el próximo viernes- por un importe total de 2.000 millones de euros, que se sumarán a la que ya lanzó el pasado 14 de abril por valor de otros 1.000 millones de euros.

Como en la anterior ocasión, la caja ni siquiera intentará vender los títulos en los mercados -algo casi imposible para la CAM en las actuales circunstancias- y se los autoadjudicará para, posteriormente, utilizarlos como garantía para acudir a las subastas de efectivo del Banco Central Europeo. De esta forma, la entidad presidida por Modesto Crespo intenta evitar el más que probable rechazo de los inversores, que rehúyen todo lo que huele a caja de ahorros española y, especialmente en el caso de la CAM, después de que tanto Moody's, como Ficht degradaran la calificación de los valores de la entidad al nivel de los "bonos basura" por la ruptura de su alianza con Cajastur. Precisamente el fracaso del SIP es el principal motivo por el que Caja Mediterráneo se está viendo obligada a realizar estas emisiones en tan corto espacio de tiempo, según mantienen desde la propia entidad.