La venta de Nueva Rumasa supone para José María Ruiz Mateos y su familia desprenderse por segunda vez de un imperio empresarial tras la expropiación gubernamental de 1983. Para Ángel de Cabo, en cambio, significa escalar un peldaño más en su trayectoria como "Señor Lobo" experto en asumir compañías en crisis. De Cabo opera en colaboración con el despacho de abogados Aszendia, con sede en Valencia, Castelló y Madrid, y trabaja acompañado de colaboradores que no destacan por su formación exquisita pero con elevada capacidad de trabajo y pocos escrúpulos a la hora de lidiar con todo lo que implica una quiebra empresarial. Entre los colaboradores figura Iván Losada, que ya estuvo en la operación de Marsans y ahora asume la dirección general de Nueva Rumasa. Back in Business, cuyo primer objeto social es la fabricación de jabones, tiene como administrador a Activos y Patrimonios de Futuro, una sociedad cuya domicilio coincide con el de la oficina de Aszendia en Castelló.

La de Nueva Rumasa es la última adquisición importante tras hacerse cargo de la liquidación del Grupo Marsans el año pasado o asumir en 2009 el concurso de acreedores de la constructora y contratista Teconsa, que ese mismo año se vio salpicada también por el escándalo de la Operación Gürtel.

¿Qué gana De Cabo comprando lo que nadie quiere? Fuentes conocedoras de su forma de actuar lo definen como "un tipo de la calle, listo". "Es gente que aguanta muy bien el tirón", en referencia a la presión que se sufre por parte de empleados o acreedores cuando una empresa entra en concurso. En el caso de Marsans los colaboradores de De Cabo se asignaron sueldos astronómicos al tomar las riendas del grupo poco antes de que entrase en concurso. Esto es lo que extraña en el universo de los procesos concursales en el caso de la compra de Nueva Rumasa. El conglomerado de los Ruiz Mateos está ya en manos de los administradores concursales, de forma que es casi imposible que de Cabo y lo suyos se asignen salarios abultados. Las mismas fuentes sospechan que o bien Ángel de Cabo ha detectado que tras el proceso concursal puede sacar provecho de algunos activos o bien los Ruiz Mateos le han pagado por hacer el "trabajo sucio".