El acuerdo comercial entre la Unión Europa (UE) y Marruecos -ratificado ayer por el Europarlamento-tendrá consecuencias devastadoras para el sector de frutas y hortalizas de España, especialmente en el caso de la actividad citrícola de la Comunitat Valenciana. Europa abrió ayer las puertas a la huerta de Marruecos con el respaldo de 398 votos a favor, 175 en contra (entre estos los parlamentarios españoles) y 50 abstenciones, lo que establece la plena liberalización en los intercambios en materia agraria con la única excepción de seis productos que considera "sensibles" (clementinas, tomates, calabacines, pepinos, fresas y ajos) pero a los que rebaja los precios de entrada al mercado de la UE en un 30 %. En el resto de variedades de mandarinas y naranjas el pacto comercial asume una liberalización total de sus exportaciones.

Comparado con el anterior acuerdo entre el país del Magreb y el Viejo Continente -vigente desde enero de 2004- el nuevo texto liberalizará con efecto inmediato el 55 % de los aranceles de productos agrícolas y de la pesca de Marruecos (antes era del 33 %). Como contrapartida, se liberaliza el 70 % de los aranceles de productos de la UE hacia Marruecos en un plazo de diez años (hasta ahora era un 1 %). Esta proporción favorable para la UE ha llevado a la Comisión Europea a dar el visto bueno previo al pacto, pues la balanza comercial será favorable. Con todo, hay que tener en cuenta que el tipo de productos europeos que consume Marruecos se producen en Centroeuropa -sobre todo leche y cereales- mientras que los cultivos marroquíes adquiridos en Europa son tomates, cítricos, pepinos, fresas o calabacín, lo que supone una fuerte competencia para los agricultores españoles y del sur.

Competencia desleal

Las organizaciones agrarias valencianas sostienen que el citado pacto comercial hipoteca el futuro del campo. Así, el secretorio general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, cuestionó ayer la "falta de reciprocidad" en la importación de productos de terceros países al mercado comunitario. "No se puede tolerar la entrada de producciones donde se han empleado fitosanitarios prohibidos en la UE, pero aceptados en Marruecos". Según Mampel, resulta cuestionable el beneficio sobre la población y agricultores marroquíes, ya que el capital y la producción agrícola están en manos de grandes empresas con capital europeo o incluso de la propia monarquía alauita. AVA-Asaja calcula que el acuerdo comercial provocará el abandono de 16.000 hectáreas y la pérdida de 200 millones y 640.000 jornales en la Comunitat Valenciana. La entidad que preside Cristóbal Aguado acusó a la UE de "alta traición" a la agricultura mediterránea. En su opinión, "los agricultores de las zonas mediterráneas nos sentimos víctimas de una traición en toda regla y de una estafa perpetrada en nombre de grandes y solidarios principios pero que esconden intereses geopolíticos, agrarios e industriales que sólo van a beneficiar a ciertos países y a las multinacionales".

Por su parte, la conselleria de Agricultura, Maritina Hernández, calificó de "muy grave" la aprobación de este texto porque "no contempla mecanismos efectivos de control" en los precios de entrada para evitar el fraude. Los consumidores quedan totalmente desprotegidos", puntualizó.

Sin embargo, el comisario europeo de Política de Vecindad, Stefan Füle, celebró la aprobación del citado convenio y aseguró que "impulsará la credibilidad" de la Unión en el norte de África. También las organizaciones agrarias de Marruecos celebraron el pacto comercial.

El Ministerio de Agricultura español responsabilizó al Gobierno de Rodríguez Zapatero de los "efectos negativos" que pueda producir el convenio que ahora se pone en marcha.

EE UU suspende la importación de

zumos de Brasil

Mientras el Viejo Continente liberaliza su comercio agrario, Estados Unidos ataca de nuevo con sus políticas proteccionistas. Las autoridades norteamericanas han anunciado la suspensión temporal de entre seis y siete meses de importaciones de zumos de cítricos brasileños, lo que podría generar un nuevo episodio en la "guerra del jugo de naranja" entre ambos países. El fungicida denominado "carbendazim" está prohibido en Estados Unidos, pero está permitido y se utiliza en otros países, como Brasil, para evitar plagas. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) no autoriza el uso de este producto químico en naranjas, que estudios con animales han vinculado a alto riesgo de tumores en el hígado. Curiosamente, las investigaciones de EE UU se produjeron después de que la empresa Coca-Cola, propietaria de marcas de zumo como "Minute Maid" y "Simply Orange" anunciase que habían encontrado rastros de esta sustancia en sus productos y otros de la competencia. Brasil aporta el 50 % de la producción mundial de jugo de naranja y exporta el 98 % de lo que produce. Por otro lado, EE UU es el mayor consumidor y entre Sao Paulo y Florida se concentra el 81% de la producción mundial.

El cierre de fronteras de EE UU al zumo de Brasil podría tener una consecuencia directa sobre el mercado europeo, donde tendrá que colocar más producción. La Comunitat Valenciana destina la mayor parte de sus producción a ventas en fresco, mientras que tan sólo destina 200.000 toneladas a zumos de clementinas, cuyo principal mercado es España y Europa. Por el momento, la C. Valenciana no exporta zumos a EE UU. j. l. z. valencia