El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, señaló hoy que su país va a defender una mayor presencia de las políticas a favor del crecimiento en la zona euro de lo conseguido en la cumbre de junio, una posición que van a defender "sin ningún complejo".

"Francia va a defender su punto de vista sin ningún complejo", subrayó Ayrault en una entrevista radio-televisada en "RMC" y "BFM TV", tras referirse al encuentro que mañana celebrarán en Berlín la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande.

"La zona euro no es sólo el equilibrio presupuestario, sino también el crecimiento y por tanto habrá que discutir para que el crecimiento esté más presente de lo que está, y el BCE, si es necesario, juegue plenamente su papel", argumentó.

El primer ministro socialista insistió en que si Hollande no hubiera sido elegido, no se habría conseguido el paquete para favorecer el crecimiento en el Consejo Europeo de finales de junio, y que así han conseguido "mover las líneas en Europa". A continuación, no obstante, reconoció que no se ha conseguido todo lo que querían y por eso se quiere dar un nuevo impulso.

Situación en Grecia

Por su parte, el primer ministro heleno, Andonis Samaras, reclama más tiempo, "más aire para respirar", con el fin "de relanzar la economía e incrementar los ingresos del Estado", a la vez que advierte de las consecuencias catastróficas de un retorno al dracma.

"Déjeme decirlo claro: no reclamamos dinero suplementario. Asumimos nuestros compromisos para cumplir con todas las condiciones", afirma Samaras en una entrevista que publica hoy el rotativo alemán Bild, dos días antes de su visita a Berlín.

Añade que "debemos fomentar el crecimiento porque eso reducirá los huecos financieros", subraya que solicitar "más tiempo no significa automáticamente mas dinero" y asegura que "nunca se ha discutido" sobre una nueva condonación de la deuda de Grecia.

En cuanto a la posibilidad de que Grecia abandone la zona del euro y reintroduzca el dracma, Samaras comenta que "las consecuencias supondrían una catástrofe para Grecia. Traería consigo al menos otros cinco años de recesión y haría aumentar el desempleo por encima del 40 %".