Tiene 22,7 millones invertidos en subordinadas de Bankia de las que no puede desprenderse sin una elevada pérdida y de las que no puede obtener rendimientos porque la entidad está en números rojos. ¿Se siente engañado?

Cuando hice la inversión, pensé que las subordinadas eran un gran producto. Pero yo compré subordinadas de Bancaja, no de Bankia. En esa fusión sí que nos sentimos todos un poco engañados. Hay un dato muy esclarecedor y es que primero se dan unos resultados positivos [de 2011 y de 305 millones] que luego resultaron ser negativos [2.929 millones] y esto crea una incertidumbre importante. Por eso creo que Bankia no ha hecho las cosas bien. Las subordinadas son una apuesta muy segura, porque solo dejas de cobrar los intereses si la entidad tiene pérdidas. En 2007 y 2008 quién iba a pensar que una entidad entraría en pérdidas. Nosotros compramos de Bancaja. Después confiamos en quienes hicieron la fusión, pero luego vimos que no fue así. Apostamos por un banco mayor y ha resultado ser uno menor.

¿Por qué dice eso?

Es un banco menor para los valencianos. Los valencianos hemos salido perjudicados. Yo he trabajado muchísimo con todos los directivos de Bancaja y estoy contento con todos, desde [el ex presidente] José Luis Olivas al último. Me parece que eran personas que entendían la filosofía del valenciano. Y de repente nos dejan en manos de gente de Caja Madrid. Pienso que Rodrigo Rato [expresidente de Bankia] se equivocó porque no confió en los directivos valencianos. Debería haberlo hecho, porque son los que conocen al cliente. Los de Madrid no nos conocían. Y ya no queda nadie. Los interlocutores que teníamos ya no están. Yo, para explicar mi situación, tardé muchísimo para acceder a un interlocutor y luego han tardado nueve meses en contestarme. En nueve meses muere cualquier empresa.

Se refiere a la etapa de Rato.

Había una procesión de empresarios valencianos que superábamos el límite de riesgos que podía tener Valencia que teníamos que ir a Madrid. Me consta que han sido continuas las llamadas de empresarios valencianos pidiendo auxilio, porque las pólizas vencen y hay que renovarlas o hay que pedir una línea de crédito para comprar material. Para mí, la estrategia de Bankia, preparada por Caja Madrid, ha sido traer a la Comunitat Valenciana todos los directivos de Caja Madrid, que no voy a entrar en si son malos o buenos, pero que tienen un desconocimiento absoluto de la dinámica que llevaba Bancaja. Cuando llegan, no dan soluciones. Paralizan la acción de Bancaja.

¿Por qué iban a hacerlo?

Protegen su casa: Caja Madrid. Bancaja se paralizó. Hubo un momento en que era imposible. Por tanto, los valencianos somos los únicos que hemos sufrido la crisis de Bankia. Es más, con el Banco de Valencia, ¿cómo a alguien se le ocurre paralizarlo? Si hubiéramos estado los valencianos [Olivas era vicepresidente de Bankia, que controlaba el 39 % del banco], lo habríamos salvado. Lo que pasa es que aquí falta alguien que diga: «Hasta aquí hemos llegado». No yo, sino los consejeros valencianos de Bankia.

¿No ha encontrado ningún cambio en Bankia tras la llegada de José Ignacio Goirigolzarri a la presidencia en mayo?

No hay ningún cambio. En temas de dinero ni lloro cuando pierdo ni aplaudo cuando gano. Los dineros son dineros y van y vienen. Pero en este caso son muchos millones y he enviado un burofax instando a Bankia a buscar una solución... Sí me han llamado a Madrid, pero para solucionar temas suyos. Y se me ha tratado, a mí y a todos los valencianos, con un despotismo que no se lo permito a nadie.

¿Sigue usted refiriéndose a la actualidad? Lo digo porque esas quejas eran comunes en la etapa de Rato, pero el nuevo equipo de Goirigolzarri, a menos así lo afirma la entidad, ha cambiado totalmente la relación.

Si,sí, en la actualidad. Le hablo de hace dos o tres meses. Me llamaron a Madrid y la verdad es que me trataron con un despotismo, una chulería: «Es que usted ha hecho las cosas mal». «¿Yo?, ustedes, que han hecho quebrar un banco». El otro día sacaron ustedes mi nombre en el diario y no me ha llamado nadie, ni de aquí ni de Madrid. Si yo con 22 millones que tengo allí no consigo hablar, imagine el caso que le harán al que tenga mil euros.

Bankia dice que el plan de recapitalización incluirá soluciones para subordinadas y preferentes.

No voy a aceptar ninguna pérdida. Firmé un documento para lo bueno y lo malo y me garantiza el 100 % del valor que tengo y los intereses. Yo me he dirigido a ellos para hablar, pero son ellos los que no quieren hablar, porque no hay nadie al otro lado del hilo. Llamas a Valencia y Valencia tiene que llamar a Madrid y en Madrid no saben quién es Arturo Torró o Juan García. El nuevo equipo tendrá que dar soluciones para todos.

¿Tomará alguna medida legal?

La primera es personarme en la querella presentada en la Audiencia Nacional. También presentaré una demanda propia. Quiero decir que yo y muchos empresarios hemos llegado a donde estamos gracias a Bancaja.

¿Y ahora Bankia no les apoya?

No. No existimos para Bankia. Yo y empresarios diez veces más grandes que yo que me han dicho: «Arturo, para una póliza de nada, seis meses». Gente que tiene patrimonio para aburrir. Estamos ninguneados.

Usted defiende a los exdirectivos de Bancaja, pero la verdad es que no parece que fueran los mejores gestores en vista de que la entidad ha desaparecido.

Sí, pero si la entidad la hubieran seguido llevando, posiblemente hubiera tenido algún problema pero podía haber habido soluciones, pero si tu paras la entidad... El nuevo presidente debe confiar en los directivos valencianos, porque los madrileños sabrán mucho, pero son de Madrid.

¿Cómo valora la pérdida del sistema financiero valenciano?

Es lamentable lo que nos ha pasado, pero es una realidad. Yo no habría dejado nunca a nuestras cajas en manos de nadie. Ahora bien, al presidente de Bankia hay que decirle que aquí estamos los valencianos para gobernarnos a nosotros mismos, que no hace falta que nos envíe a nadie, ni andaluz ni madrileño. Tenemos valencianos suficientes para llevar esto adelante.