«Hace años que se acabó lo de comprar coches nuevos. Me compro uno de mil euros, lo pago al contado y me olvido. ¿Que se rompe? Pues otro. No están las cosas para meterse en préstamos». María, pese a trabajar para una contrata de Ford en Almussafes, hace tiempo que dio portazo a lo de estrenar un coche nuevo. Y como ella, miles de personas. 2013 se ha cerrado con unas ventas de 1,68 millones de coches usados frente a los 720.000 nuevos. Un mercado en el que cada vez cobran mayor importancia las transacciones al contado, de alrededor de mil euros, con vehículos de más de diez años de antiguedad. De hecho, el 60 % de las compra-ventas ya se realizan entre particulares .
Estas circunstancias son las que han llevado a la Comisión Naci0nal de los Mercados y la Competencia (CNMC) a pedir al Gobierno que, en contra de lo que estaba previsto, mantenga hasta 2016 la comercialización de la «gasolina de protección», que es la de 95 octanos con unos contenidos máximos de oxígeno del 2,7 % y de etanol del 5 %, debido a la antigüedad del parque móvil. Una decisión que supone aplazar la reducción de emisiones.
La CNMC advierte en su informe que de no llevarse a cabo tal aplazamiento, se dejaría sin posibilidad de repostaje a entre el 30 y el 40 % de los vehículos equipados con motores de gasolina, que se corresponden a los fabricados hace más de trece años.
Las consecuencias de utilizar un combustible con las especificaciones más exigentes en los vehículos más antiguos serían muy dañinas para los motores, ya que provocarían un funcionamiento irregular, pérdidas de potencia e incluso averías, como ya ha ocurrido en algunos países europeos en los que han dejado de comercializarse las «gasolinas de protección» De hecho, una directiva del Parlamento Europeo y del Consejo del 23 de abril de 2009, ya contemplaba la posibilidad de exigir a las distribuidoras en todas sus estaciones de servicio la comercialización de la «gasolina de protección» durante «un periodo más prolongado [posterior al 31 de diciembre de 2013] si lo consideraran necesario (...)»
La CNMC, en las motivaciones de la prórroga, apela a «la protección de los consumidores de gasolina con vehículos más antiguos, normalmente con menor poder adquisitivo», y por otro, a las limitaciones logísticas existentes para comercializar de forma simultanea más de dos calidades de gasolina.
La memoria justificativa destaca «la existencia en el parque móvil español de un elevado número de vehículos, identificados como de gasolina, matriculados antes del año 2000, que ascenderían a 5.938.528 o 4.603.429, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) y la patronal de fabricantes Anfac, respectivamente».
