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El plan de Rajoy para que las pequeñas empresas no adelanten el IVA se estanca

La presión de las grandes firmas y los complejos trámites burocráticos dejan en papel mojado la iniciativa del PP para congraciarse con los autónomos

La medida estrella del Gobierno de Mariano Rajoy para congraciarse con los autónomos está teniendo menos repercusión de lo esperado. El nuevo régimen del IVA con criterio de caja, que permite a empresas y autónomos que facturen menos de dos millones de euros no tener que adelantar el tributo de las facturas hasta que no hayan sido pagadas, está encontrando poco seguimiento por parte del colectivo cuando se cumple un mes desde su entrada en vigor.

Uno de los motivos es que los autónomos que trabajan con grandes y medianas empresas temen verse excluidos como proveedores, según explica el presidente de ATA en la Comunitat Valenciana, Rafael Pardo. En caso de acogerse al IVA de caja, impiden que su cliente puede desgravarse de forma anticipada el impuesto aunque no haya pagado la factura. Esto implica recortar el circulante del que ahora disfrutan muchas empresas a costa de retrasar pagos a sus proveedores. «Uno aporta financiación y el otro recibe financiación», explica Pardo sobre las distorsiones del sistema tradicional. «Muchos prefieren el IVA de devengo porque si no obligas a los clientes a acogerse al IVA de caja», dice Pardo.

Donde sí está cuajando la iniciativa es en el caso de autónomos y pequeñas empresas que trabajan para la Administración Pública, según el dirigente de ATA. En este caso, la presión es menor y los proveedores no temen tanto entrar en conflicto con sus clientes.

La medida entró en vigor el pasado mes de enero dentro de la Ley de Emprendedores aprobada por el Ejecutivo. Se trataba de una reivindicación histórica del colectivo de autónomos. Pardo sostiene que la demanda de los autónomos para acogerse al nuevo régimen ha sido baja hasta la fecha, aunque ha aumentado en las últimas semanas. «Hay mucha desinformación», afirma Pardo.

Registrarse en el IVA de caja es un trámite burocrático de cierta complejidad. Hay que inscribirse previamente, requiere de trámites de gestión periódica y tiene más obligaciones documentales que el sistema tradicional. Esta es otra de las razones que explican la todavía escasa incidencia del nuevo modelo entre los autónomos. Pese a todo, Rafael Pardo considera que la medida es positiva para el colectivo. «Yo aconsejo que se informen y que se animen a acogerse», afirma.

En cualquier caso, la medida no impide librarse del pago del tributo aunque el cliente no pague la factura. El devengo, si no se ha cobrado, debe producirse de forma obligatoria el 31 de diciembre del año posterior a la fecha de la factura. Es decir, una acumulación de facturas impagadas puede derivar en tener que pagar de golpe el IVA de todas ellas al año siguiente.

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