Las cooperativas de trabajo asociado de la Comunitat Valenciana sacan músculo en medio del débil crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) y de las enormes dificultades para poner en marcha proyectos empresariales debido a las serias restricciones crediticias. Este tipo de firmas de la llamada economía social tras la modificación de la Ley de Cooperativas desde el 1 de enero de 2013, entre otros motivos han aumentado un 35 % al constituirse 124 nuevas entidades durante el año pasado, con lo que la cifra total de la autonomía ya se eleva a 1.815 sociedades.
Gestorías, consultoras educativas o culturales, así como informáticas y de tecnologías acapararon gran parte de los nuevos proyectos de trabajo asociado relacionadas con el ámbito de los servicios, que representan el 60 % de los recién constituidos. Tras el citado cambio normativo se pueden constituir con un mínimo de dos personas socias (antes eran tres). También el comercio y, en menor medida la industria o los transportes, han tirado del carro de la ocupación.
Mayor supervivencia
Además, la supervivencia de los negocios empresariales cooperativos a los cuatro años de su iniciativa duplica el del emprendimiento individual. El presidente de la Federación Valenciana de Empresas Cooperativas de Trabajo Asociado (Fevecta), Emilio Sampedro, destacaba ayer que el sector «ha recibido positivamente el hecho de que aumenten las cooperativas creadas, pero aún más que la menor dimensión de estas no haya ido en detrimento del número de empleos totales generados».
Para la directora de Fevecta, Paloma Tarazona, «lo que se perseguía con esta medida era estimular la creación de nuevas iniciativas de autoempleo cooperativo que, de otro modo, no surgirían ya que, en este contexto de crisis, la necesidad de alcanzar un volumen de actividad suficiente para contar al menos con tres personas frenaba algunos emprendimientos».
Por sectores de actividad, el mayor número de empresas de trabajo asociado se concentra en el sector servicios, con algo más de la mitad, y donde en los últimos años se ha acentuado la creación de cooperativas; sobre todo en áreas consideradas como nuevos yacimientos de empleo cultura, ocio, medio ambiente, educación o servicios sociales. Le siguen las cooperativas relacionadas con el sector industrial, el 17 %; las del ámbito de la construcción, con un 14 %; los pequeños comercios que representan el 11 % y las del sector primario, con el 4 %.
En la actualidad, 21.276 personas son socias, trabajadoras o ambas cosas de alguna cooperativa de trabajo (6.138 alicantinos, 13.209 valencianos y 1.929 castellonenses.
En cuanto a la situación laboral de las personas interesadas en crear una de estas entidades, vuelve a aumentar el colectivo de personas que se encuentran desempleadas y que buscan en la cooperativa una fórmula de autoempleo; esto ocurre en siete de cada diez casos. El segundo colectivo más interesado es el de los autónomos, con un 16 % y el de los trabajadores por cuenta ajena, con un 12 %. En relación con las edades, el tramo de edad más interesado en poner en marcha una cooperativa es el que va de los 31 a los 45 años, que representa algo más de la mitad de los casos.
