Los concursos de acreedores han alcanzado a los notarios de Valencia. La débil recuperación del mercado inmobiliario y de la actividad económica en general han provocado que al menos dos despachos de la ciudad se hayan visto incapaces de afrontar sus deudas y compromisos financieros y hayan decidido acogerse a la Ley Concursal, según confirmaron desde el Colegio Notarial de Valencia, que no obstante, declinaron ofrecer información sobre la identidad de los afectados.

Los notarios ejercen un servicio público por delegación. Son funcionarios públicos con un régimen especial que no pueden constituir sociedades mercantiles para ejercer su labor. Su condición a la hora de contratar y montar sus despachos profesionales es similar a la de un autónomo. Son empresarios pero todos sus ingresos computan como Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de ella se descuentan los gastos en los que incurren para desarrollar su actividad: Contratación de personal, alquiler o compra de activos inmobiliarios para situar sus despachos, etc.

Cuando solicitan el concurso de acreedores, como ha ocurrido en los dos casos mencionados, no lo hacen como una empresa, sino como personas físicas. Esto implica que la tutela judicial alcanza no sólo a las cuentas bancarias y bienes relacionados con la actividad notarial, sino también a su patrimonio personal, ya sea liquidez en cuentas, inmuebles o ahorro.

«Si te descuidas, en un concurso como persona física se va todo por delante», afirma un notario consultado por este diario. Según explica, los sucesivos gobiernos centrales han rechazado modificar el régimen de los fedatarios públicos para que puedan constituir sociedades profesionales, como ocurre, por ejemplo en Francia.

«Un notario tiene que tener a gente trabajando para poder cumplir con su obligación. Algunos generaron estructuras grandes y ha habido una merma tremenda del volumen de trabajo», explican fuentes del Colegio Notarial de Valencia. Según estas mismas fuentes se han producido también impagados de grandes clientes que han complicado la situación de algunos notarios.

Estructuras familiares

Sobre el hecho de que siete años después de haber iniciado la crisis haya despachos que aún no han ajustado sus estructuras las mismas fuentes señalan que en muchos casos se trata de estructuras casi familiares basadas en la confianza. «Trabajamos con gente que intentas aguantar antes de despedir. Se intenta mantener el grupo de trabajo pero cuando no puedes la situación se convierte en irreversible».

La débil recuperación también explica la situación de los dos notarios que han optado por la vía del concurso. «Todos pensábamos que mejoraría, pero la recuperación ha tardado y el repunte es muy pequeño», indican desde el colegio.

Otra razón que explica el ahogo financiero son las inversiones y deudas adquiridas por los fedatarios, bien por negocios paralelos a su actividad o compras personales bien por querer ampliar plantilla e instalaciones. Al bajar la carga de trabajo, disminuyen los ingresos y el fedatario no puede afrontar sus compromisos financieros, lo que le aboca al concurso.