La reflexión sobre el modelo de Feria Valencia se ha colado en los despachos de la Generalitat tras el cambio de Gobierno derivado de las elecciones del pasado mes de mayo. El conseller de Economía, Rafael Climent, de Compromís, ha paralizado la propuesta que los actuales gestores del recinto negociaron con el anterior equipo de Alberto Fabra, especialmente con el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues.
Las dudas sobre un plan que contempla la división entre el patrimonio y la deuda, por un lado, y la explotación, por otro, se producen ante la posibilidad de que sea un operador privado el que se quede la gestión del negocio, algo que no convence a Economía.
Ciertamente, las otras dos ferias españolas de referencia, la madrileña Ifema y Fira Barcelona, mantienen en manos públicas su gestión, aunque en diálogo permanente con empresas privadas organizadoras de eventos y certámenes.
Sin embargo, esta no es la tónica habitual en los grandes recintos europeos como Milán, Fráncfort o Colonia. Este último tiene un origen basado en la colaboración pública-privada. Fue construido y financiado por un fondo de inversión que a su vez lo cedió al Gobierno local. De hecho, ha habido algunos conflictos judiciales en torno a los acuerdos económicos entre las partes. Para su proceso de internacionalización, la Feria de Colonia ha optado por generar alianzas con partners privados en Pekín, Chicago o Bombay.
La estructura de Fráncfort quizás sea la más similar a la de Valencia, aunque el volumen de negocio que maneja el recinto alemán es mucho más elevado. La propiedad se la reparten el gobierno local (60 %) y el regional o «lander» (40 %). Una sociedad es la tenedora patrimonial en régimen de empresa pública. Y otra segunda se encarga de la explotación de la actividad y se configura como entidad de derecho privado desde el punto de vista jurídico.
Milán se escapa a los modelos de Colonia y Fráncfort. Es una feria compleja con varias entidades superpuestas en la que el control y propiedad se divide más o menos a partes iguales al 50 %. Además, un 15 % de su capital cotiza en bolsa, con lo que está en manos de pequeños inversores.
El conseller Climent y al alcalde de Valencia, Joan Ribó, se reúnen el próximo 15 de septiembre para tratar la situación de Feria Valencia. Inmediatamente después debería producirse otro encuentro con el presidente de la Feria, José Vicente González, para dar el pistoletazo de salida un trabajo más técnico que están llamados a liderar el director general de Comercio, Natxo Costa, y el del recinto ferial, Enrique Soto.
Tras la cita de Climent y González de la semana pasada el ambiente de tensión derivado de las distintas posiciones parece haber remitido. Economía se muestra abierta a la propuesta de división en dos partes pero muy reacia a dejar la explotación en manos privadas. También quiere que los departamentos de Internacionalización y Comercio tengan presencia en los órgano de decisión de la estrategia ferial, algo que los actuales gestores parecen dispuestos a aceptar.
