Pese a todo, el Sabadell aún no limpiado por completo su balance de los activos tóxicos heredados de la CAM. De momento, lo que ha liquidado son las participaciones empresariales. La tarea de desprenderse de los terrenos y los inmuebles que acumula aún durará algunos años y el Esquema de Protección de Activos que recibió el Sabadell estará vigente hasta 2021, lo que significa que el banco catalán dirá adiós a Bruselas el día 31 pero todavía deberá rendir cuentas ante el Fondo de Garantía de Depósitos, que financia este mecanismo para cubrir las pérdidas.
Por otra parte, el Sabadell ha tratado de compensar el importante impacto que ha tenido para la economía local el desmantelamiento de los servicios centrales de la CAM en Alicante con la ubicación en la ciudad de la sede de Solvia, la filial que creó para desprenderse de los activos acumulados en su balance tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. El Sabadell ha aprovechado para convertir Solvia en mucho más que un simple portal inmobiliario para vender los pisos y promociones embargadas y la ha transformado en un «servicer» capaz de contratar desde el duplicado de llaves o el cambio de titularidad de los recibos del agua de las casas, hasta de poner en marcha promociones a la carta desde cero para otros operadores. Gracias a ello se hizo con la gestión de más de 40.000 activos de la Sareb y su intención es lograr nuevos contratos para encargarse de las carteras de otros bancos o grandes promotoras. Su último paso ha sido entrar también en el negocio de la intermediación en la compraventa de pisos entre particulares.
Todo esto ha permitido que la firma haya incrementado la plantilla que tiene en Alicante en 146 personas durante este año, hasta alcanzar las 276 personas, lo que supone el 70 % de todos los trabajadores de la firma. Con todo, el Sabadell nunca ha ocultado que, a largo plazo, su intención es vender Solvia, aunque sus planes pasan por colocarla en Bolsa y realizar una desinversión gradual, a no ser que llegue alguna oferta irresistible.
