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Una startup de neuropolítica busca 400.000 € para lanzarse al mercado inglés

La valenciana Emotion Research acomete su primera ronda de financiación - La tecnología para detectar emociones con el reconocimiento facial tiene aplicación en publicidad o campañas políticas

Una startup de neuropolítica busca 400.000 € para lanzarse al mercado inglés

A Emotion Research Lab, la startup valenciana que desarrolla software especializado en reconocimiento de microexpresiones faciales, se le ha puesto cara de ambición. La empresa está a punto de culminar su proyecto de aceleración en Lanzadera, la plataforma que patrocina Juan Roig, y acaba de abrir su primera ronda de financiación en que aspira a captar unos 400.000 euros de diferentes bussiness angels.

En estos momentos, tras un 2015 de desarrollo tecnológico para crear la estructura on line con nuevos algoritmos para reconocer estados anímicos, la compañía tiene varias líneas de negocio abiertas para la aplicación de su tecnología: la investigación de mercado, el márketing y la neuropolítica.

«2016 va estar centrado en nuestros clientes de investigación de mercado. Londres es el mercado estratégico», explica la CEO María Pocoví, que esta semana ha competido en la primera batalla de startups cuyo ganador fue escogido por un programa de inteligencia artificial. Emotion Research Lab, con ocho empleados y una facturación de 90.000 euros este pasado año, ve 2016 como el año de despegue. Acaba de firmar un acuerdo con Netquest, empresa española de investigación de mercado on line. La valenciana les aporta la tecnología para recoger las emociones que despierta un vídeo.

Sobre la misma base, Emotion Research provee tecnología a una empresa india para complementar procesos de selección de personal a través del análisis de videocurrículum. «El factor emocional es uno de los filtros en función del nivel de confiabilidad del candidatos», apunta Pocoví.

En las próximas fechas van a comercializar también una herramienta dirigida al mundo de la producción audiovisual que permite identificar las imágenes con más impacto emocional. Con ello se pueden seleccionar trailers de una película o escoger imágenes de un spot para que sean banners de publicidad en internet, explica la emprendedora.

Repercusión internacional

Esta tecnología, una especie de máquina de la verdad que descubre lo que siente un sujeto al margen incluso de lo que pueda decir, tiene grandes aplicaciones en el sector de la neuropolítica. La firma valenciana ha colaborado en varias campañas de México (su gran mercado está ahora en Sudamérica) y ahora apoya la campaña de un congresista en Estados Unidos.

Pocoví, recientemente citada por el New York Times por su trabajo con el PRI de México, apunta a esta tecnología como básica para definir la estrategia de comunicación previa en una campaña. «Evaluamos el mensaje que va a impactar mejor antes de realizar los grandes spots de campaña», así como «sondeos de opinión para comprobar qué niveles de actividad generan las líneas de campaña». «Hay otro tipo de cliente que busca conocer el índice de confiabilidad que genera el candidato. Ver si hay mucha diferencia entre los que dice y lo que gesticula», explica.

La neuropolítica, pese a algunas experiencias, continúa sin estar integrada en los equipos de campaña de España. «En algún momento los partidos asumirán la importancia de estas ventajas estratégicas. Cuando lo decidan esperemos que sepan que tienen tecnología española a su disposición», concluye.

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