La ganadería valenciana vive sus horas más bajas. Tan es así que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) aseguró ayer en un comunicado que afronta «la peor crisis de su historia» tras perder el 15 % de su cabaña durante la última década. Los datos son inequívocos, dado que todos los subsectores experimentan descensos, en algunos casos de considerable magnitud. Así, el ganado ovino ha perdido un 36,7 % de su cabaña y el cunícola, un 19,7 %. En esta última actividad se ha producido el cierre del 36,6 % de las explotaciones. En la apicultura, bajó el número de colmenas un 16,5 %, si bien creció un 16 % el de explotaciones.

En su informe, realizado a partir de datos del Ministerio de Agricultura del período comprendido entre 2006 y 2015, AVA destaca el caso de la ganadería porcina, que es la que tiene una mayor implantación en la Comunitat Valenciana. Su cabaña bajó un 9,5 %, debido de manera especial a los efectos del veto ruso a los productos hortofrutícolas y ganaderos europeos. La hecatombe valenciana contrasta con la situación de la ganadería española, que solo ha registrado descensos en los subsectores avícola (11,5 %) y ovino (26,4 %), mientras que el porcino aumentó en un 8,1 %, gracias en buena medida al repunte de precios registrado en 2013.

AVA aseguró ayer que la crisis ganadera valenciana «se sustenta en la tradicional volatilidad de los mercados, en la presión bajista sobre las cotizaciones de la carne que suelen ejercer las grandes cadenas de distribución, en las cuantiosas inversiones que los ganaderos han tenido que acometer durante los últimos años para adaptarse a la legislación de bienestar animal y en el aumento de los costes de producción en inputs tan básicos como los piensos o la energía». El presidente de AVA, Cristóbal Aguado, exigió a la Administración que adopte medidas para evitar la asfixia del sector.