El envejecimiento del campo valenciano se acentúa. El 47 % de los titulares de explotaciones agrarias y ganaderas de la autonomía ya está en manos de personas mayores de 65 años; es decir jubilados, un porcentaje que no ha dejado de crecer durante las últimas décadas. Además, el repunte se registra paralelamente al crecimiento de la edad de los profesionales del sector primario, cuyas actividades aglutinan a unos 11.000 trabajadores, según la conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural.
Entre los propietarios de las casi 114.000 explotaciones agrarias y ganaderas de la Comunitat Valenciana tan sólo existen apenas 5.000 propietarios menores de 40 años, según constata un informe elaborado por los servicios técnicos de la Unió de Llauradors a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al ejercicio de 2013, último disponible. A la vista de la situación, el secretario general de la citada organización agraria, Ramón Mampel, considera necesario «profesionalizar y rejuvenecer el campo valenciano, controlado ya por jubilados con ingresos de la pensión». En su opinión, «eso contrasta con las dificultades de los jóvenes profesionales para pagar cotizaciones sociales, vender su cosecha y obtener rentas dignas».
Planes de Desarrollo Rural
En ese sentido, el dirigente de la Unió insta a la conselleria de Agricultura a impulsar incentivos que faciliten la incorporación de jóvenes en el sector. El Programa de Desarrollo Rural (PDR) incluye una partida de 40 millones de euros „financiados mayoritariamente por la Comisión Europea„ hasta el período 2020, una cantidad que Mampel considera «insuficiente» dada la solicitud de jóvenes para incorporarse al campo como trabajadores por cuenta propia, o bien praa poner en marcha iniciativas del ámbito de la ganadería. «Mucha gente se va a quedar fuera de las subvenciones tras el cierre del período de solicitudes», asegura Mampel.
Políticas específicas
La Unió de Llauradors reclama que la Generalitat, en el capítulo agrario, dedique cada ejercicio unos 40 millones de fondos propios del Consell para impulsar la incorporación de profesionales jóvenes, modernizar las explotaciones y el regadío regadío, así como mejorar la sanidad vegetal y la investigación.
Según Mampel, «se trataría de complementar aquellas partidas donde no llegan las políticas dirigidas desde la Unión Europea y el Gobierno central, pues los Planes de Desarrollo Rural vienen muy dirigidos y marcados por los criterios y estrategias dictadas desde Bruselas. Hay que tener políticas agrarias propias que beneficien a la Comunitat Valenciana, con medidas específicas para su sector», agregó.
