La Confederación Empresarial de Castellón (CEC) se encuentra al borde del abismo como consecuencia de su irregular gestión de los cursos de formación, que investiga un juzgado de Nules, y de la acumulación de deudas, singularmente las que tiene contraídas por impago de cuotas con la patronal autonómica Cierval. En el primer caso, afronta una responsabilidad „dinero que tendrá que devolver total o parcialmente en función de cómo termine la instrucción y los recursos„ de aproximadamente un millón y medio de euros. En el segundo, se trata de cerca de 210.000 euros.
Pese a este agónica situación, los principales cargos de la patronal castellonense consumieron en dos años cerca de 86.400 euros en dietas, según consta en el informe de auditoría de la organización correspondiente a 2014 y efectuado por la consultora Grant Thornton.
El documento, que tiene fecha de 17 de diciembre de 2015, aclara que las «funciones de alta dirección son realizadas por el presidente y el secretario general» de la CEC, es decir, José Roca y Rafael Montero, respectivamente. En el párrafo siguiente, detalla que «los gastos devengados por la Confederación durante los ejercicios 2014 y 2013 por gastos relacionados con el personal de alta dirección y los miembros de los órganos de gobierno de la misma en concepto de gastos por representación, actos y reuniones institucionales, han ascendido a 30.160 y 56.346 euros, respectivamente».
Además de las citadas dietas, el secretario general de la CEC, Rafael Montero, como empleado, participa de los gastos de personal de la confederación. En sueldos y salarios, la patronal castellonense destinó en 2014 un total de 485.960 euros, casi 37.000 menos que en el ejercicio precedente debido a que en ese 2013 la organización presentó un ERE de extinción de empleo que afectó a 11 trabajadores. El documento no detalla a cuánto asciende la remuneración de Montero. A modo de referencia, la auditoría de las cuentas de 2015 de la patronal provincial de Valencia, la CEV, explicita que su secretario general, Miguel Ángel Javaloyes, cobra 63.000 euros.
Por otro lado, el auditor no hace salvedad alguna a las cuentas de 2014 de la CEC, pero sí introduce una nota dirigida expresamente a los asociados de la organización. Grant Thornton recuerda que sobre los estados financieros de la patronal pesa la «incertidumbre» relacionada con el resultado del recurso contencioso-administrativo presentado por las reclamaciones del Servef sobre las irregularidades en la formación. Si «el desenlace fuese desfavorable» podría afectar negativamente a la situación financiera y patrimonial de la CEC. En este sentido, añade que «los estados financieros no han sido preparados en virtud de requerimientos legales», sino «con el propósito de rendir cuentas frente a sus asociados».
