Tras la dimisión el lunes de su presidente, José Roca, y de los tres vicepresidentes que no habían abandonado el cargo, la patronal castellonense CEC ha convocado para mañana una junta extraordinaria para analizar si se constituye una gestora provisional hasta la celebración de elecciones o se convoca la asamblea electoral.
El futuro es muy complejo, principalmente porque a Roca no le ha acompañado el secretario general, Rafael Montero, auténtico factótum de la organización. Empresarios de la CEC se sorprendieron el lunes cuando Montero se negó a renunciar a su cargo.
El secretario general es una figura contratada por la organización, pero su trayectoria ha estado ligada a la del presidente. Su continuidad, aunque sea transitoria, afirman fuentes de la CEC, ahuyenta de momento a posibles empresarios interesados en presentar su candidatura a la presidencia. Nadie se atreve a dar el paso por miedo al agujero económico existente y por la permanencia de Montero, aseguran las mismas fuentes.
Ahora, tras el adiós de Roca y sus tres vicepresidentes, ha desparecido el comité ejecutivo y Montero dirige las riendas de la organización. Otras fuentes apuntan que, además de vigilar desde el cargo el proceso judicial en el que está investigado, Montero no quiere renunciar a la indemnización que le corresponde. De ahí que apunten la posibilidad de que maniobre para situar en la presidencia a una persona que pueda manejar a su antojo.
La dimisión de Roca y la labor pedagógica realizada en las últimas semanas por los presidentes de Cierval, José Vicente González, y de la provincial de Valencia CEV, Salvador Navarro, propiciaron que la junta directiva de la autonómica se celebrara ayer en un clima de calma. Las fuentes consultadas aseguran que las posiciones aún distan de estar cerca del consenso, pero los empresarios de Castelló y Alicante van asumiendo poco a poco la propuesta de refundación.
Con la Coepa alicantina al borde de la liquidación, los empresarios castellonenses reconocen que la grave situación económica de la CEC, que se encuentra al borde del concurso de acreedores, y la causa judicial por las irregularidades en los cursos de formación, dificultan su continuidad y no descartan la formación de otra patronal, pero sea con las actuales siglas o con otras, siguen reacios a los planes de Valencia.
El nuevo modelo de Cierval otorgará a esta todo el peso del mundo patronal, dado que se integrarán en su seno las federaciones sectoriales y las empresas directamente asociadas. Lo que se está negociando ahora es mantener estructuras en las tres provincias, que serán testimoniales en Valencia, ya que la CEV será absorbida por Cierval para evitar la duplicación de estructuras en la capital.
En Castelló y Alicante, dado el destino casi inevitable de la liquidación de sus provinciales, lo que se pretende fraguar es que conformen nuevas organizaciones vinculadas a Cierval, con órganos de gobierno propios y a las que podrán asociarse las entidades locales que lo deseen. Claro que todo ello siempre que las nuevas organizaciones no nazcan como sucesoras de las viejas, dado que ello las obligaría a hacer frente a las deudas que van a ponerles punto final.
