Las importaciones citrícolas de la Unión Europea (UE) no paran de dar problemas a sector al activarse de nuevo las alarmas ante la entrada de productos afectados por enfermedades de vegetales. Esta vez la luz roja tiene su foco en emisión en Brasil, uno de los principales productores mundiales de naranjas y limones y líder en la industria de zumos. Bruselas, según informó ayer la agencia de noticias Sputnik Mundo, podría dejar de importar cítricos brasileños después de constatar que ocho contenedores de limones llegaron en mal estado con la enfermedad conocida como «cáncer de los cítricos», una bacteria que provoca manchas en la piel de los agrios.

Los contenedores con la fruta dañada salieron del puerto de Santos, en el estado de São Paulo, y entraron en la UE por Inglaterra, según el diario Estado de São Paulo. La presencia de estos cítricos contaminados en Europa también activa las alertas del sector citrícola de la Comunitat Valenciana, quienes advierten a la Comisión Europea que tome cartas en el asunto e impida su comercialización tras confirmarse la presencia de varias partidas en mal estado.

La citada enfermedad del «cáncer de los cítricos» es común en el estado de São Paulo, pero no existe en Europa, y sería una amenaza a la producción de España e Italia, principales productores de naranjas y mandarinas. Esta enfermedad vegetal está producida por una bacteria llamada Xanthomonas axonopodis pathovar citri, que se instala en los tejidos externos de la planta, en la cascara de la fruta, hojas y brotes El efecto es que baja la calidad de la fruta dificultando su venta.

Exportación de limones

Entre enero y julio las exportaciones de limón supusieron 68.580 toneladas por valor de 64 millones de dólares. Esto supone un 84 % del volumen total de toneladas de cítricos que proceden de Brasil „81.700 toneladas en el primer semestre de 2016„ y el 93% del total de la facturación que generan estas frutas, 68,7 millones de dólares. Mientras representantes de la UE alertaron a Brasil de las deficiencias las autoridades brasileñas asumen que el problema se debe a que muchos productores, atraídos por el alto precio que se paga por los limones los envían rápidamente, descuidando las tareas sanitarias.