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Informe

Bancaja recibía inmuebles en dación de pago de forma 'vertiginosa' en 2009

Los inspectores del Banco de España que analizaron la entidad poco antes de que el supervisor aprobara su fusión con Caja Madrid concluyeron que su cartera problemática era de 13.528 millones

Bancaja recibía inmuebles en dación de pago de forma 'vertiginosa' en 2009

Según cómo se lea, el documento tiene partes en las que se asemeja a un ¡mayday, mayday!, es decir a una señal de socorro de un buque que está hundiéndose. El informe lo elaboraron los inspectores del Banco de España que hacían el seguimiento de Bancaja. La inspección se efectuó entre 30 de septiembre y el 18 de diciembre de 2009 y el texto se entregó el 22 de junio de 2010, unos días antes de que el supervisor aprobara la absorción de la entidad valenciana por Caja Madrid en lo que luego sería el grupo BFA/Bankia. Es el informe, ya conocido en sus líneas generales, que aconseja al Banco de España ocultar los enormes deterioros de la caja presidida por José Luis Olivas para «no significarse en el mercado« y propone como alternativa la venta de su filial el Banco de Valencia para obtener unas plusvalías de 510 millones.

En un contexto en el que Lehman Brothers acababa de quebrar y los mercados financieros estaban cerrados a cal y canto, lo que los inspectores hallaron en Bancaja era motivo más que suficiente para salir alarmados. Su documento lo refleja, aunque luego el Banco de España aprobara la unión con una entidad, Caja Madrid, que estaba también carcomida. El fiasco de la salida a Bolsa y la posterior intervención de mayo de 2012, que costó al contribuyente 22.400 millones, estaban servidas. El informe detalla que «las debilidades principales son el deterioro de la inversión crediticia, en especial en los sectores promotor e inmobiliario, su delicada situación de liquidez y el riesgo de negocio, todos ellos vinculados a la expansión de actividad realizada en los años 2004 a 2007, con crecimientos medios superiores al 30 %».

Expansión

En enero de 2004 fue cuando Olivas se hizo cargo de la entidad. Nada más llegar puso en marcha un ambicioso plan de expansión para ubicar a la caja en todo el territorio nacional. Ese «fuerte crecimiento» y la recesión iniciada en 2007 «elevan notablemente el riesgo de impago de su inversión crediticia». Y tanto. En el semestre comprendido entre marzo y septiembre de 2009, la entidad se adjudicó activos por valor de 118 millones, con un crecimiento del 273 %. Las daciones en pago, es decir deudas que se cancelaban con la entrega del inmueble o activo sobre el que pesaba la hipoteca, «experimentan un crecimiento vertiginoso, situándose en los 1.787 millones de euros». Esta fórmula aumentó un 121 % en los citados seis meses. Estas adjudicaciones y daciones hacían, según los inspectores, que el ratio de mora real fuera del 8 % y no del 5,3 % que decia la caja.

El no reconocimiento de esa morosidad se debía al «pase a fallidos, los activos adjudicados y las reclasificaciones a normal de activos dudosos, a través de procesos de refinanciación» que demoraban el reconocimiento de la deuda para que no menguaran los beneficios. En el mencionado semestre, la refinanciación de operaciones morosas alcanzó los 1.052 millones, con un crecimiento del 362 %. El resumen de situación es concluyente: los riesgos problemáticos totalizaban 10.600 millones que solo estaban cubiertos al 20,6 %, dado que los fondos totales de la entidad de ahorros eran de 2.187 millones. Además, «la cartera incidentada, impagados de 30 días o más, no clasificada como dudosa, subestándar o refinanciada alcanza los 2.928 millones. Así, el volumen de «cartera incidentada», en sentido amplio, alcanzaba los 13.528 millones». Más de la mitad del rescate de Bankia.

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