La industria hotelera tiene motivos para estar preocupada. Por la competencia de las viviendas particulares que, sin cumplir las normas urbanísticas que exigen ciudades como València para el uso turístico, se ofertan como alojamiento vacacional a través de webs tipo Airbnb. Pero también por la pujante oferta reglada de apartamentos vacacionales.
El anuario turístico de la Comunitat Valenciana que acaba de ser actualizado con datos al cierre de 2016 revela que el número de pernoctaciones en este tipo de viviendas se disparó un 14,6% el pasado año hasta las 10,4 millones de noches contratadas, mientras que en los hoteles lo hicieron en un 6,7%, esto es, la mitad, y además por debajo de la media española.
En el caso de los apartamentos, en 2016 la C. Valenciana se convirtió en la segunda autonomía en pernoctaciones, por delante de Baleares, Andalucía y Cataluña, con casi un 14% del total en España.
El pasado año la autonomía recibió a 1.518.083 turistas que se alojaron en estos establecimientos, un 15% más. Y una cifra que prácticamente duplica la de 2009. Además, ya se ha convertido en una opción dominada por extranjeros. Casi 800.000, más de la mitad de los turistas 'apartamenteros', son extranjeros. Creció un 20% el número de foráneos que optó por esta opción.
El récord turístico que vive la C. Valenciana, con 7,8 millones de turistas internacionales en 2016, está generando claramente un incremento de esta actividad. En estos momentos, la cantidad de plazas estimadas en este formato pujante de alojamiento se sitúa en casi 104.000. Es un 16,7% más que en 2015. Como viene contando Levante-EMV, la capital vive un boom de inversiones en este tipo de alojamiento.
El parque hotelero, congelado
Para entender el bocado al negocio hotelero hay que contemplar también el boom de los pisos turísticos particulares, que obviamente no cuenta con registros oficiales. Solo en los últimos tres años, las campañas de inspección de la Generalitat han aflorado más de 20.000 viviendas turísticas no controladas. Y un reciente informe de Unión Hotelera cifraba en 4.600 las plazas en pisos solo en la ciudad de València.
En este contexto, la oferta de plazas hoteleras apenas ha crecido. Al cierre de 2016, la C. Valenciana disponía de 121.961 camas, apenas un 1,6 % más, por debajo del crecimiento medio. Más de 8,2 millones de viajeros se alojaron en hoteles valencianos, un 5,9% más. Y generaron 28,2 millones de pernoctaciones, un 6,7% más. Todos estos incrementos se sitúan en menos de la mitad de las magnitudes de los apartamentos.
La apuesta por este tipo de alojamiento, más vinculado a una experiencia como local al estar integrada en los centros urbanos, está creciendo y modificando las características del viaje. El anuario elaborado por la AVT a partir de estadísticas oficiales indica que este viajero 'apartamentero' se desplaza sin paquete vacacional organizado casi al 100% (frente al 69% del hotelero), y tiene una estancia más larga, el doble (de más de seis días a 3,4 del hotel), con lo que dejan más dinero en gastos de alojamiento, transporte, ocio, restauración, compras, etc, aunque el gasto diario es menor (91,8 euros frente a los 151 del turista hotelero).
El aumento de esta actividad ha generado también un incremento del empleo asociado a estos alojamientos. Concretamente, 2.864 personas trabajaron en este subsector, un 14% más. En total, en 2016 la C. Valenciana recibió 25 millones de turistas, que realizaron un gasto total cercano a los 10.800 millones.
