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A la venta

Cierval no encuentra comprador

La extinta patronal autonómica está teniendo serios problemas para vender los muebles de su sede, valorados en torno a los 300.000 euros

El despacho de presidencia en la sede de Cierval. fernando bustamante

La ya extinta patronal autonómica Cierval está teniendo serias dificultades para vender los muebles de la sede que ocupaba en el centro de València. Según fuentes conocedoras del proceso, hasta la fecha dos empresas han analizado el inventario de los productos que la organización trata de colocar en un solo bloque y las respuestas han sido desesperanzadoras. Una de esas firmas especializadas en comprar mobiliario de oficinas o casas que luego revende ha declinado adquirirlos porque considera que no encontrará mercado para los mismos.

La otra empresa ha realizado una oferta tan a la baja que los miembros de la comisión de liquidación de Cierval, integrada por su expresidente, José Vicente González, y por los empresarios Vicente Lafuente y Cristóbal Aguado, la han rechazado porque no están dispuestos a malvender los muebles. Cabe tener en cuenta que el principal objetivo de esta operación es destinar lo que se recaude a pagar a la deuda contraída con los trece trabajadores que tenía la patronal.

El inventario realizado sobre el mobiliario, según las citadas fuentes, se mueve en una horquilla de entre 200.000 y 300.000 euros. En el mismo se incluyen los despachos al completo de las distintas plantas -excepto la tercera, cuyo uso se reservó la nueva autonómica CEV cuando cedió el edificio a Cierval-, los cuadros que adornan las paredes, las cortinas e incluso las macetas, así como las casi 200 butacas del salón de actos.

No son muebles caros y están afectados por los cerca de tres lustros de uso desde que se adquirieron cuando los patronos de la autonomía, con el cambio de siglo, decidieron dar una sede permanente a la organización y pasaron a ocupar el inmueble de la calle Hernán Cortés de València que había sido cedido a la CEV por parte de la CEOE española procedente de patrimonio sindical.

Fuentes de empresas de este sector consultadas por este diario confirmaron la escasa oferta existente por muebles de oficina de segunda mano. Es difícil venderlos a particulares porque se trata de productos de difícil ubicación en casas o pisos, pero tampoco es fácil colocarlos a empresas porque si estas ponen en marcha oficinas prefieren comprar muebles nuevos, especialmente ahora que existe una amplia oferta a precios bastante asequibles.

Así las cosas, las fuentes consultadas asumen que el lote de muebles de Cierval «es bastante invendible». Sí hay esperanzas en que se puedan colocar en el mercado algunas piezas, como algunos despachos, singularmente el de presidencia, que es el que tiene mayor empaque. Cuando finalice el plazo que la comisión se ha dado para la venta, sus miembros informarán al juez del estado de la operación y este decidirá qué se hace con los muebles que no se hayan vendido o con el lote entero. La CEV, usufructuaria del edificio, ya se ha negado a comprarlos porque quiere eludir en todo momento el peligro de ser considerada sucesora de Cierval.

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