El conseller de Economia, Rafa Climent, celebró ayer la aprobación de una PNL en el Congreso, impulsada por Compromís, y que exige al Gobierno que deje de obligar a las grandes ciudades como València y Alicante a declarar zonas de libertad horaria.

La propuesta salió adelante con los votos, además de Compromís, del PSOE, Podemos, PNV, ERC, la antigua CiU, e incluso la abstención de Ciudadanos. El PP se quedó solo votando en contra. «El pacto de horarios comerciales está cada día más cerca y la PNL y el apoyo mayoritario de los partidos demuestra que el Consell tiene las cosas claras y que la dirección emprendida es la correcta», afirmó Climent.

El texto final, negociado entre Marta Sorlí, diputada de Compromís, y la socialista Ana Botella, no es de obligado cumplimiento para el Gobierno, pero es una demostración de fuerza de los partidos del pacte del Botànic, precisamente ahora que se va a negociar en València un nuevo mapa de aperturas en festivo, más restrictivo, entre el ayuntamiento y la patronal de grandes superficies.

Las grandes superficies de la ciudad parten con ventaja en esta negociación: hoy pueden abrir los 64 domingos y festivos del año y la justicia les ha dado la razón cuando se ha intentado recortar la libre apertura. Pero sobre el escenario pesa ya la amenaza real de que los partidos de izquierda han tejido una mayoría que podría cambiar la ley del comercio en el Congreso.