«Hablamos con la agencia publicitaria y lo que pedíamos es mostrar la diferencia con otros establecimientos, el tipo de producto que tenemos siempre, nacional, y preferiblemente de la C. Valenciana». Así explica María José Cano, directora de la tienda Muebles Max de Alfafar, el cartel que ocupa la fachada principal de su tienda y con la que pretenden contraprogramar la afluencia a la tienda de la multinacional sueca Ikea, a escasos metros: «Tu dinero para València, no se lo demos a los suecos».
La campaña de márketing de esta empresa, radicada en Alicante y con tienda en Alfafar, San Vicente, Almoradí, Castelló y Tarragona, ha tenido impacto. Max lleva 16 años en Alfafar y reaccionó a la llegada de la multinacional, pero no ha sido la única. Otra firma, La Factoría, lanzó una campaña más agresiva aún, aprovechando el tirón de Ikea: «Precios bajos todos los días. Si lo encuentras más barato en Ikea, te abonamos el doble de la diferencia», promete en su fachada.
Desde Max señalan que, pese a todo, su nivel de facturación no ha caído: «El producto de Ikea no es el que nosotros trabajamos, ni el tipo de atención. Esto no es venir, coger el producto y llevártelo. Muchos clientes vienen de allí y agradecen la atención más personalizada».
Desde Ikea prefieren no entrar al trapo y recuerdan el impacto generado en la economía local: «Cuando abrimos una nueva tienda supone inyección de 65 a 90 millones en el entorno de la localidad». «Apostamos por trabajar con proveedores nacionales. Tenemos 1.700 proveedores españoles de productos y servicios indirectos con una inversión de más de 200 millones al año».
La patronal lo apoya
No lo ve igual la patronal de comerciantes del mueble. «Me parece muy bien la iniciativa de Muebles Max. Las tiendas tenemos el valor añadido de la cercanía y nuestros productos vienen de la C. Valenciana (o España) en su mayoría. Creamos trabajo aquí. No es todo poner la tienda y tener empleados. No es solo vender muebles, hay que fabricarlos. Dar apoyo a la producción valenciana es bueno para los valencianos», resume Ligia Rodrigo, de Comerç Moble.
Y entre ambas orillas, el alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, anima a la convivencia: «No todo el mundo compra en Ikea, hay nivel de rotación de clientes por todas las tiendas. Y no hemos detectado cierres. Hay cuatro aperturas más (del mueble o complementos) junto a Decathlon. No se cierra, sino que aumenta la venta de mueble». El alcalde anima al sector, además, a que alcance un entendimiento con vistas a crear un clúster del mueble, algo que ya intentó en 2013.
