Los sectores exportadores y los servicios ganarán peso en el futuro pleno de la Cámara de Comercio de València, en detrimento de la industria, el comercio y la construcción. La distribución, a la que ha tenido acceso este diario, parte de un informe que la citada corporación encargó al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) de cara al proceso electoral que las cámaras deben iniciar a partir del próximo lunes. El reparto definitivo está a expensas del reglamento de régimen interno de la corporación valenciana que debe aprobar la conselleria de Economía Sostenible, una vez que el Consell dio ayer luz verde al decreto que contiene el reglamento general por el que se regirán estas corporaciones.
Un factor a tener en cuenta es que la nueva ley de cámaras conlleva cambios sustanciales en la conformación de los plenos camerales. En la actualidad, la cámara valenciana tiene 60 vocales en este órgano de gobierno de elección entre todas las empresas de la provincia. En el nuevo, este grupo queda reducido a 40, dado que los otros 20 son nombrados por la patronal CEV (8) o de entre las empresas que hagan aportaciones económicas a la entidad (12).
Con la voluntad de reconocer la contribución de las empresas exportadoras a la economía valenciana y su proyección hacia el exterior, se ha establecido un grupo denominado exportación que representa el 20 % del total (8 vocales) frente al 1,6 % de la única plaza que hasta ahora tenía de forma específica este grupo. Para su constitución, se ha tenido en cuenta que los sectores que más contribuyen al comercio exterior son las industrias del automóvil, agroalimentaria, del cuero y calzado, química y azulejera.
Los otros 32 vocales se han repartido en función del VAB de 2014 de las grandes áreas de actividad. A la industria, con 9.351 millones de euros, le corresponde el 20,7 %, es decir, 7 vocalías; a la construcción, con 3.042 millones, y el 6,7 %, dos; y a los servicios, con 32.770 millones y el 72,6 %, 23.
Uno de los cambios en el pleno que afectan al proceso electoral es que los 53 grupos en que hasta ahora se dividía ese órgano de gobierno quedan reducidos a nueve. El primero corresponde a la industria extractiva y energética, que mantiene 1 vocal y cuyo peso sube del 1,6 % al 2,5 %. La industria agroalimentaria representa al grupo segundo. Pasa de 4 a 1 plaza y de un 6,6 % a un 2,5 %. La industria manufacturera se queda en 5 (12,5 %) y baja, por tanto, del 33 % y los 20 que tenía, incluidos el sector químico y el metalmecánico. En este caso, como en el anterior, hay que tener en cuenta que el descenso está atenuado por la subida en el grupo noveno, que corresponde a la exportación y cuyos representantes saldrán también del sector secundario. Aún así, estos tres grupos representan el 41 % ahora y bajarán al 35%. El grupo cuarto es el de la construcción. Se queda con dos puestos y un 5 % del total, con lo que pierde tres plazas y 3,3 puntos. El quinto es para transporte y navegación, que baja de 4 a 2 plazas y del 6,6 % al 5 %. El sexto es el de turismo y hostelería, que, aunque pierde una vocalía, se mantiene en el 5 % respecto al total. La actividad comercial, en el grupo séptimo, reduce su presencia de 16 a 9 puestos y su participación, del 26,6 % al 22,5 %. Y en el octavo, correspondiente a otros servicios, se produce uno de los pocos incrementos, ya que las seis plazas de ahora suben a 10 y el 10 % actual, al 25 %.
Esta distribución, si finalmente es ratificada por la Conselleria de Economía, supone un reflejo de cómo ha evolucionado la economía de la provincia de València en estos últimos ocho años, dado que los últimos comicios terminaron en junio de 2010. Y lo que ha sucedido durante la crisis y la recuperación también tiene su reflejo. Así, la construcción, principal motor de la recesión, pierde terreno, al igual que el sistema financiero (de 3 a 2 plazas). En una economía cada vez más terciarizada, es lógica la mayor presencia de los servicios, al igual que el peso ganado por la exportación, sector clave para impulsar la recuperación.
