La C. Valenciana recibió el pasado año nueve millones de turistas extranjeros, récord histórico para el sector. Los visitantes aportaron unas divisas de 8.700 millones de euros, elevando el gasto en más de mil millones.

Con estas magnitudes y ya poco margen de crecimiento en términos cuantitativos, el objetivo ahora se centra en elevar la rentabilidad, y extender los beneficios de esta industria a todos los eslabones de la cadena y segmentos de la industria.

Así está quedando de manifiesto en Fitur. Ayer, en el día de la Comunitat Valenciana en la Feria Internacional de Turismo de Madrid, el presidente Ximo Puig anunció un plan trienal de formación para trabajadores del sector hotelero, con ayudas de 10.000 euros por empleado, para ampliar sus contratos de seis a nueve meses y «acaben con la precariedad».

La idea es que la desestacionalización turística, con cada vez mayor homogeneidad entre la afluencia estival y de invierno, beneficie también a los trabajadores en un sector con denuncias de precariedad.

La medida es una acción conjunta entre la Agencia Valenciana de Turismo y el Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef), con fondos europeos, y persigue garantizar que los contratos fijos discontinuos de hoteles que hasta ahora solo tienen una duración de seis meses se puedan ampliar tres más, hasta nueve. La dotación global es de diez millones de euros.

Un auténtico espaldarazo para el sector hotelero. Y compensa además otros proyectos de impulso a la desestacionalización que se han visto frustrados, como el plan de un Imperio autonómico frenado por la Abogacía de la Generalitat.

De alguna forma, la estrategia que está llevando el Ayuntamiento de València en materia turística bebe de la misma aspiración: extender los beneficios del turismo a todos los segmentos del negocio. «Vamos a presentar en pocas semanas una nueva estrategia de shopping», explican a este diario la concejala Sandra Gómez y el director de la oficina turística Antoni Bernabé.

Bernabé participó ayer en Fitur en un panel sobre turismo de compras. Pese al cierre de algunas grandes marcas, València no renuncia a elevar el gasto en compras de los visitantes. El Corte Inglés y asociaciones como Valencia Excellence, las asociaciones del centro histórico o Cecoval, están participando en esta estrategia.

«Queremos que el comercio aproveche los dos millones de turistas que nos visitan, y organizarnos para hacerlo más visible», señala Bernabé.

Y para ampliar el gasto, la Oficina está centrándose en atraer a turistas de mayor capacidad adquisitiva, potenciando productos como el gastronómico. «Países nórdicos es lo que nos falta y estamos trabajando con las compañías aéreas», señalan. En estos momentos, València tiene una Ruta directa a Copenhague (Dinamarca). No la hay, en cambio, con Finlandia, Suecia y Noruega. «Tienen inquietudes que encajan con lo que ofrece València», concluye Sandra Gómez.